Salvador “Chito”
Aguilar Pérez
Autor: Hernández
Víctor A.
Octubre-Noviembre 2015
Salvador “Chito” Aguilar Pérez. En el
bautizo del libro de su autoría “Los Nadie” el 08-10-2015. Fotografía Andrés
Ramón Velásquez Espinoza. Plaza Bolívar, Los Teques, estado Bolivariano de
Miranda (08-10-2015)
El 06 de octubre de 2015, estando en la
puerta del edificio Nazareth, calle Guaicaipuro, sector El Pueblo, Los Teques, previa concertación de la cita
vía mensaje de texto — es de hacer notar que con Chito uno se puede comunicar
mediante mensajes de texto, correo electrónico, Facebook, celular, etc.—, ya
que él no es un negado a la tecnología, conserva una apertura poco usual para
aprenderlas y utilizarlas, no como otros más jóvenes que él o de su edad, que
se escudan en ella para no aprender el uso cotidiano de los nuevos medios de
comunicación y las nuevas tecnologías, es una de la razones por la cual “Chito”
le lleva una ventaja considerable a otras personas. El hecho es que cuando
llegué al edificio donde reside, Chito venía bajando de su apartamento con
Benito Chapellín, otro baluarte de Los
Teques, en este caso en la
Pintura , y su esposa, después del acostumbrado y ameno
saludo, me quedé conversando con Chito y, lo primero que me relató es que se
dedicó a vencer el cáncer que lo ataca, como parte de la estrategia de salud
dejó de comer carne, en todos sus tipos, además se alejó del pan de trigo y
comenzó a tomar guarapos (infusiones) de Mapurite Colombiano y otro monte cuyo
nombre no recuerda y como alimento principal, sopa de vegetales, eso, y además una actitud mental de vencedor,
serán sus armas para derrotar al maligno enemigo. El primer resultado de ese
tratamiento es que desapareció el sufrimiento de tensión arterial alta, ahora
más bien se le baja, según dice.
Edificio
Nazareth, Avenida Guaicaipuro. Los Teques, estado Bolivariano de Miranda. Fotografía Digital: Víctor A. Hernández
(07-10-2015)
Continuando con el ameno
momento me cuenta que:
— Me levanto a
las cinco de la mañana, me baño y empiezo a escribir, hasta las nueve, hora del
desayuno. Llevo unos veinte cuentos de almas en pena, todos tequeños, basados
en lo que dijo el Papa Francisco; ya Juan XXIII (de enero) había sentenciado
que no existe el cielo ni el purgatorio, entonces los muertos que me visitan,
están preocupados y quieren ir a la huelga, algunos argumentan que si el Cielo
no existe, entonces deben tomarlo por asalto, entre una y otra cosa, me nombraron
para llevar el caso a la
Corte Celestial y defender sus derechos como muertos
legítimos de Los Teques.
Entre otras molestias de los muertos, está el hecho de que a
muchos de ellos los botaron del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales
(IVSS) y ellos estaban cobrando su dinerito y, además que los botan, no les han
cancelado sus Prestaciones Sociales, otro grupo de muertos los sacaron del
Consejo Nacional Electoral (CNE), negándoles el derecho a la participación, al
protagonismo y al voto, como lo establece la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela , así que la molestia es grande y hasta están pensando en prohibir
el derecho a morir, como medida de presión.
—Se hace
necesaria la pregunta: Chito ¿Dónde habéis nacido?
—En Valencia, estado Carabobo, en El Morro, en San Blas, en
1933, octubre 08, mi
Papá Salvador Aguilar Toro era una guía, Papá, según decían sus amigos no era
un hombre, era un hombrón, su profesión era chofer, manejaba autobuses y
después camiones, en ese tiempo habían los Forcitos, que llamaban los llorones,
porque hacían un sonido peculiar, parecido al llanto de un niño cuando iban
forzados en una subida, podían hasta con tres mil kilogramos, tenían un departamento donde traían rolos, para “rolear”,
que era ir colocándoles rolos a las ruedas (neumáticos) del eje trasero,
mientras iban poco a poco ascendiendo por una subida fuerte, para que no se
fueran para atrás, además Papá era poeta, echador de cuentos y jefe de familia
desde los quince años, estuvo preso en los años 20, por revolucionario, cuando
le pusieron los grillos, el mismo carcelero mandó a que no se los pusieran,
porque era delgadito y no podía con los grillos.
Salvador Aguilar Toro, padre de Salvador “Chito” Aguilar Pérez, según
aparece en la libreta de Conscripción del Servicio Militar Obligatorio de los
Estados Unidos de Venezuela del año 1943. (Digitalización y edición del autor:
06-11-2015)
Mi mamá Carmen
Pérez Olivares de Aguilar, dedicada a los oficios del hogar y a la alta
costura. Fue, como las tradicionales mujeres de su tiempo, una dama del hogar,
que al quedar viuda con seis hijos que criar, dio la cara como la mujer
venezolana sabe hacerlo y nos sacó adelante. Años después apareció un hombre en
su vida, en nuestras vidas y, aquí estamos los Aguilar Pérez pie firme en esta
hermosa tierra. Mi madre, una dedicada trabajadora que tenía su máquina de
coser, una guillotina para cortar grandes volúmenes de tela, para confeccionar
muchas clases de vestimentas, inclusive ropas para vestir muñecas. Ella se
marchó a los 93 años de edad, en paz, sin hacer ruido, era libre pensadora.
Recuerdo que me contaba que a los nueve años, en Barquisimeto, vio a la Divina Pastora y
desde ese momento no creyó más en Santos, Santas, ni Vírgenes. Siempre estaba
de buen humor además de tener mucho sentido del humor, quizás eso me influyó
para que mis cuentos, casi siempre, tengan algo humorístico.
Carmen Pérez Olivares
de Aguilar. Madre de Salvador “Chito Aguilar. Colección: Chito Aguilar. (Digitalización
del autor: 05-11-2015)
El jueves 08 de
Octubre de 2015 cumple años de muerto Ernesto Che Guevara, Benito Chapellín
cumple 72 años y yo cumpliré 82, una trilogía interesante y una fecha propicia
para el bautizo del libro “Los Nadie”, en el que echo cuentos de gente cuya
presencia resaltó en Los Teques y que han sido olvidados por la mayoría, en mi
caso quedan los libros, que de alguna manera constituirán un recuerdo.
—Amigo y ¿De dónde salió el
echar cuentos?
—Papá era un echador de cuentos, vivíamos en una casa donde
está ahora las residencias Da Silva, en El Cabotaje, de allí mi Papá me llevaba
a lo que ahora es Trajes Roberto, en la calle Miquilén, que era donde estaba la
bodega almacen de Alberto Serrano, para llegar a
la entrada había que subir un par de escalones desde la acera, en esa entrada
se reunían cinco o seis echadores de cuento, entre ellos mi Papá, cuando tenía
doce años, mi viejo murió, un día fui a escuchar los cuentos de los amigos de Papá y me
dijeron: carajito echa un cuento, a lo que respondí: yo no sé echar cuentos.
Ellos insistieron, conté uno, que era verídico, papá lo narraba: el teniente
Molina cogió el revolver para joder a un hombre y, el hombre blandió el machete
y le cortó la mano en la que tenía el arma, fue a coger el revolver con la otra
mano y también se la cortó, el teniente Molina fue pal cementerio y el hombre a
la cárcel, se armó la discusión entre los presentes acerca de la valentía de
uno y de otro y de que no debió morir ninguno de ellos, porque eran hombres de
verdad, en eso comienzan a salir los asistentes del cine Apolo, muchos de ellos
se fueron quedando a escuchar las argumentaciones y, a mí no se me acabo nunca
esa pasión de contar cuentos.
Tienda Trajes Roberto, en la calle
Miquilen, Los Teques, estado Bolivariano de Miranda, donde quedaba la bodega almacen de
Alberto Serrano, lugar de reunión de los echadores de cuento. Fotografía
Digital: Víctor A. Hernández: 10-10-2015.
—Chito háblame de tus libros
—Hay varios: Del Pueblo al
Llano de Miquilén, Don Abundio y sus Fantasmas, Concierto de Pájaros y otros
Cuentos, Guaicaipuro, La
Leyenda y, Los Nadie, porque son gente que como no
existieron, ya nadie se recuerda de ellos.
—Y tu Víctor, ¿te recuerdas del primer cuento que te conté?
—Sí, por supuesto amigo, eso fue hace
unos veintisiete años, andaba con mi abuelo adoptivo Alfredo Mendoza (él me
adoptó como nieto y me enseñó acerca del béisbol, la música clásica, la
literatura y muchas lecciones de vida) y nos encontramos contigo en la Plaza Bolívar y me
dijiste: tenía yo (Chito) cinco a seis años y el General Juan Vicente Gómez
Chacón pasó por Los Teques, camino a
Maracay y se detuvo en una casa y pidió el baño prestado, al salir caminó por
la Plaza Bolívar revisándola, luego se montó en su carro y fue a la Plaza
Guaicaipuro para ver como se encontraba, allí estaba yo con papá y, ese hombre
impresionante, con cara de acero, inmaculado bigote blanco e impecable uniforme
militar paso frente a mí, se detuvo y me puso la mano en la cabeza y me dijo:
hijo dedícate al trabajo honrado y a hacer lo que más te gusta, mira que ese
don que tienes no lo tiene todo el mundo, giro 90 grados y siguió su camino, no
sé si fue real o si fue un sueño, pero, más adelante en mí vida, me dedique al
trabajo y a echar cuentos, luego a escribirlos, y a esta vida sana que me ha
llenado tanto de satisfacciones.
—Y tú Víctor tu andas
echando un cuento acerca de mí por ahí, cuéntamelo.
—Claro, ocurrió
una vez, no hace muchos años, que en un evento te encontraste con un gerente de
Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima
(PDVSA), quien conversó contigo y te dio una tarjeta de presentación
para que pasaras por el Instituto Tecnológico Venezolano del Petróleo (INTEVEP) para que te dieran un trabajito,
fuiste para esa Filial de PDVSA y te atendió un muchachito que por su edad,
unos veinte años, parecía tu nieto, después de ver tus papeles, se sonrojo y
estaba apenado, con palabras entrecortadas te informó que no podías
trabajar ahí porque no eras Bachiller,
tú te sonreíste y le preguntaste: ¿Hijo cuántos libros has escrito tú? A lo que
el muchacho respondió:-ninguno señor, tú le respondiste: bueno yo he escrito
varios, metiste la mano en el bolso y sacaste un ejemplar de “Del Pueblo al
Llano de Miquilén” y se lo regalaste, y le dijiste: —hijo, un buen trabajador
no lo define que tenga o no un papelito, sino sus ganas y amor por el trabajo,
buenas tardes y disculpa por haberte hecho perder el tiempo—. Ese es el cuento.
Chito se ríe y dice: -buen cuento, ya me gradué de bachiller integral y de
Licenciado en Educación, Mención Cultura, pero por ahora no trabajaré en ese
sitio, sigamos con las preguntas, hoy estoy de ánimo.
—Y sabes Chito
que eres famoso por tú elegancia, siempre modesta.
—Bueno es que
tengo un estilista personal, Fidel Zapata, barbero que para hacer su trabajo no
necesita de electricidad, lo hace manualmente, nunca falla, Fidel es el que se
encarga del arreglo de mí cabello hace muchos años, por eso que siempre me ves
bien afeitado y mis padres me enseñaron que un hombre decente siempre debe
andar presentable y limpio y así me gusta andar. Fidel trabaja en el Parque
“Los Coquitos” (Gustavo Snoop) o cuando inexplicablemente lo botan del parque
“Los Coquitos” lo busco en el parque de Los Nuevos Teques, habitualmente me doy
una buena caminata buscándolo para que me corte el cabello y así hago
ejercicio, me gusta caminar.
Salvador
“Chito Aguilar” recibiendo un corte de cabello de Fidel Zapata en el Parque de
Los Nuevos Teques. Fotografía Digital: Hernández Víctor A.: 09-03-2013
— ¿Cuál
es tú opinión acerca de la religión?
—Para mí la religión es
humor del más alto nivel.
—A parte de cuentos, ¿Qué
más expresan tus libros?
—Desde muchacho me gusta
contar y a través de los cuentos, el lector se va encontrando con la ciudad
vieja, así era, parte de la vida.
— ¿Has probado con otras
formas de expresión para difundir tus relatos: pintura, teatro, música, poesía,
etc.?
—Sólo se contar y tratar de conservar la tradición oral, por su
riqueza histórica. En algún momento comencé a escribirlos para que
permanecieran en el tiempo.
— ¿Qué proyectos tienes para
el futuro?
—Vencer el cáncer, seguir
escribiendo y tratar de que Los Teques sea elevada en la realidad a su condición
de Capital de estado.
— ¿Qué significa para ti ser
un escritor silvestre? ¿De dónde salió esa clasificación de “silvestre”?
—No fue por la comiquita de
Tom y Jerry. Fue un título concedido por la Licenciada Iraida Rojas, ante las
críticas (que hacían) hacía mí intelectuales afamados que nunca han hecho nada.
— ¿Cómo se llama tú esposa?
—Luisa Elena Navas García,
obrera, bedel en la escuela Alberto Ravel, sector El Tanque, Santa Eulalia. Hoy
en día justamente jubilada. Con quien me casé en 1976, tengo un matrimonio de
39 años, ya es maduro.
—Tus hijos e hijas
—Saibeth Auxiliadora Aguilar
Tosta, hija, bibliotecóloga de la UCV; Salvador José Aguilar Tosta, hijo,
taxista y viudo de Enna Linares González; Sadia Aguilar Linares, hija,
historiadora de la UCV, que falleció.
—Tus hermanos y hermanas
—Napoleón de 83, Cecilia de
78, Andrés de 75, Alejandro de 74 y Alberto de 73 años.
— ¿Cómo se desarrolló tú
vida académica?
—En la década de
los 40 había logrado llegar al cuarto año de Bachillerato, se aprendía mucho en
aquella época, se estudiaba todo el día y los Profesores eran muy exigentes, lo
que era bueno porque se aprendía, deje los estudios y me dedique a trabajar, en
el 2003 me inscribí en la Misión Ribas,
y me gradué de Bachiller Integral en el 2005. Inmediatamente entre en
la Misión Cultura, convenio UNESR-
Ministerio del poder popular para la Educación Universitaria y nuestras
sesiones educativas, que eran maravillosas por la cantidad y calidad de temas
que se trataban allí, eran en el complejo cultural Cecilio Acosta, en un lugar
donde hay una Cúpula, ahí obtuve el título de Licenciado en Educación Mención
Desarrollo Cultural en el año 2009. Me correspondía dar el discurso por parte
de los estudiantes o triunfadores, por ser el de mayor edad, 76 años para aquel
entonces, marca no superada, hasta hoy no se ha graduado en esa Licenciatura y
Mención alguien de más edad que yo, pero hubo un cambio en el acto de grado y
no pude dar el discurso, tampoco asistió el Presidente Chávez, como estaba
programado. En el del años siguiente, que fue la Promoción Bicentenario, si
estuvo el Presidente.
—Pero tienes otros Títulos
otorgados por el pueblo
—Si, que
recuerde: Presidente del Congreso Mundial de Embusteros; Cronista Silvestre de
Los Teques; Fabulador: reconocido por el Doctor Idelfonso Leal como “el más
grande fabulador de todos los tiempos, con la excepción de Homero, el de La
Ilíada y la Odisea.”; Filosofo creador de la tesis del Chitismo en lo
filosófico, científico y económico; Fundador y líder fundamental de los
Partidos Alternativos: PANALACYS: Partido Nacional de Ladrones, Anexos, Conexos
y Similares; PANARAT: Partido Nacional de Rateros, PND: Partido Nacional de
Difuntos, PNST: Partido Nacional de Buscadores de Tesoros, PNE: Partido
Nacional de Embusteros; Animador de Velorios; Orador Fúnebre a boca de Tumba;
Orador de orden o desorden según sea el caso; Hacedor de Discursos Ajenos o por
encargo; Conversador con espíritus; Abogado Callejero: Litigante ante La Corte
Celestial e Historiador Insurgente.
— ¿De dónde salió esa
conexión tan fuerte con el Cacique Guaicaipuro?
—La conexión de
Guaicaipuro no se cómo ni cuándo se dio, sino que se dio. Iba a la Plaza
Guaicaipuro y observaba los petroglifos y la estatua del Cacique que mando a
colocar ahí el Presidente General Juan Vicente Gómez Chacón y de repente, un
día cualquiera, perdido en el tiempo comencé a hablar con él; le hacía
preguntas y él me las respondía. Fíjate uno de los casos fue el martes 4 de
febrero de 1992, ante la confusión de noticias, me fui a la Plaza Guaicaipuro y
le pregunté al Cacique: ¿Qué está pasando? Y él me respondió: quédate tranquilo
hermano, estoy renaciendo en Hugo Rafael Chávez Frías. Y fíjate que Hugo Rafael
fue un luchador, o al menos lo intentó, por liberar al país de la dominación de
las potencias foráneas, por eso es que afirmo, entre otras razones que hay una
conexión Guaicaipuro-Bolívar-Chávez, los tres compartieron ideales y modos de
actuar en diferentes momentos de la historia.
El 12 de octubre
de 2015, en horas de la mañana, Chito se tomó un tiempo para leerme dos
petroglifos de la Plaza Guaicaipuro, trataré de reproducir la explicación que
me dio lo más fielmente posible, para ello me ayudaré con unas fotografías de
los petroglifos:
Salvador "Chito" Aguilar Pérez explicando el significado del petroglifo que él llama "El Acta de Defunción" de Guaicaipuro. Fotografía: El Autor (12-10-2015)
En la imagen se pueden observar tres
zonas marcadas con letras amarillas, que significan:
A: El entierro
del Cacique Guaicaipuro
B: Una línea
segmentada, simboliza los períodos de tiempo
C: Una E, que
simboliza el Este, por donde a diario renace el Sol.
Este animal
raro, en su conjunto, es el guardián de la tumba de Guaicaipuro, este es el
petroglifo más importante, es la partida de defunción de Guaicaipuro y a la vez
es su profecía, el sentido común nos dice que si la piedra estaba orientaba al
este (punto A) lugar de su tumba, y como el Sol nace por el este (punto B), en
este caso Guaicaipuro se fue por el este, y por ahí regresará por el este,
renacerá después de un tiempo (punto C), como lo hace el Sol.
Salvador "Chito" Aguilar Pérez explicando el significado del petroglifo que él llama "La Batalla" de Guaicaipuro. Fotografía: El Autor (12-10-2015)
La clave de
este otro petroglifo está aquí en esta horqueta (punto B), ¿para qué sirve la
horqueta?, para bajar lo que está en lo alto, este es Terepaima (Lado izquierdo del
petroglifo), este es Guaicaipuro (Punto E) y abajo se observa a la Caciqua Urkia (Punto H), este que no tiene orejas, que no
oye es Francisco Fajardo (Punto F), este es Juan Rodríguez Suárez (punto A), a
este es que hay que bajar, ¿Quién lo va a bajar?, Guaicaipuro (puntos E), los azuza, se lo traen aquí (lado derecho de la piedra), y
aquí les cae una lluvia de bombas lacrimógenas lanzadas por los indios (punto G
y similares), yo hice una con puros productos naturales, manzanillo, pica pica,
guaritoto y pringamoza, con eso, los indios jodieron a los perros (punto I y
similares) y a los caballos (punto D y similares) de los conquistadores, ahí
también se ven los indios junto a Terepaima, que esperaban listos para la emboscada, estaban
escondidos, por eso solo se le ven los ojos y la nariz (punto C). Esto es un
libro, el hombre que hizo esto era
historiador, periodista, cronista y un visionario, tenía sentido común.
Zamora vio esto y los indios que andaban con él, lo entendieron y se lo
explicaron y Zamora planificó la batalla de Santa Inés con esta información,
por eso es que la gana.
El autor recibiendo la interpretación
de los petroglifos de la plaza Guaicaipuro de parte de Chito Aguilar
(12-10-2015)
—Cuéntame de tu vida laboral
—Del 48 al 53 fui Gerente de la Funeraria La Milagrosa, ahí perfeccioné el arte de hablar con los muertos, que había desarrollado desde los diez años cuando contrapuntee con el difunto Pedro Díaz, que es un muerto que tiene trato de amistad conmigo y con mi hermano Andrés. Estudie
topografía en la vía, mí segundo padre era un topógrafo extraordinario, el me
llevó de ayudante, se llamaba Pedro José María López Romero, tenía yo 18 años,
me enseño lo básico: manejar los instrumentos, tomar medidas, medir los
ángulos, leer la brújula, hacer y leer planos, después fui progresando, trabajé
en carreteras, en la Pan Americana, de Caracas a Los Teques y de Los Teques a
Tejerías y trabajé en muchas obras así, pero me hacía mucho daño el polvo y
comencé a trabajar en el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) en la
parte de Acueductos, Cloacas y Drenajes, trabajé en los marginales de 108
pulgadas del río Guaire y en la construcción del sistema de cloacas y drenajes
de Los Teques, en el acueducto de Los Teques en la Mariposa, vía El
Jarillo, dirigía y hacía esos trabajo,
luego de treinta y pico de años me botan y no me jubilaron, entonces comencé a
trabajar en la Gobernación del estado Miranda con Arnaldo Arocha y al final de
sus andanzas me jubiló, me reconocieron los años en el INOS.
Yo era bueno en
mí trabajo, a mí me entregaban unos planos, unas máquinas, un grupo de obreros
y yo hacía los trabajos. Laboré en la sanitización del Guaire, en esos años
había pocos ingenieros, entonces nosotros aprendimos ingeniería práctica con
ingenieros que nos daban instrucciones y nos iban enseñando ingeniería, ahora
es diferente, hay más bien muchos ingenieros.
El último
trabajo lo hice en el Metro, yo no estaba actualizado, tenía que hacer un
trabajo y vino un topógrafo joven que lo hizo, un trabajo que yo me habría
tardado una semana como mínimo, el muchacho lo hizo en una hora y al observar
eso, entendí que mi tiempo ya había pasado, no estaba adaptado a la nueva
tecnología, y me retiré, como le pasó a otros topógrafos cuando yo llegué, es
la cadena de la vida, uno debe entender que ya no puede seguir en esa labor, el
tiempo lo supera a uno.
En el INOS trabajé desde el año 1959 hasta el
1991, fueron 32 años, ocho meses y diez y seis días, fecha en que me botaron.
Del INOS no me jubilaron por que hice un reclamo justo y me botaron y me
propusieron que si pedía perdón por mí pecado me reenganchaban, como a mí me
enseñaron que un hombre de verdad no debe pedir perdón por lo que es justo, me
marche y nunca más volví.
—Chito y lo de
Cronista de Los Teques
—El pueblo, la
gente de Los Teques, los tequeños como es nuestro gentilicio, recogió más de
cinco mil firmas, postulándome para el cargo, en vista del apoyo popular, el Concejo Municipal me nombró Cronista de La
Ciudad, en el mes de septiembre de este año 2015.
Juramentación de Salvador “Chito” Aguilar Pérez como
Cronista de la Ciudad de Los Teques por el Presidente del Consejo
Municipal, Ramón Madriz, el 24-09-2015.
Salón de Sesiones de la Cámara Municipal, en el Palacio Municipal Obispo
Mariano Martí.
—Bueno Víctor,
voy a descansar un rato, hemos tenido conversaciones a través de los años,
pregunta lo que quieras y escribe, tienes mi permiso, no me traigas tu trabajo
para corregirlo, estoy seguro que quedará bien, cuando lo traigas, será para
disfrutarlo.
Compartiendo en la Plaza Guaicaipuro, en el sector el Llano de Miquilen. Fotografía: Mahel Argenis Sáez Gavidía (Domingo 08-11-2015)
Chito, es un
hombre de caminar pausado, siempre con guayabera o con la camisa por fuera,
sencillo pero elegante, últimamente siempre acompañado por su bastón,
encontrárselo es habitualmente ameno, a menudo hará una observación interesante
sobre la vida local, municipal o nacional o recordará alguna deleitable
historia sobre un personaje, lugar o acontecimiento que transmuta cualquier
encuentro con él, mínimo en agradable. Es muy observador y con sentido
analítico y, con una memoria realmente envidiable. Nunca esta apurado y siempre
tiene tiempo para compartir una tomada de cafecito con los amigos, pero eso sí,
todo el tiempo pendiente de cumplir con sus compromisos, si falla en alguno,
seguro que será por motivos de salud o por alguna otra causa de fuerza
mayor.
Salvador "Chito" Aguilar Pérez (Método Biográfico)
(bi) TSU-Esp. Víctor A. Hernández.
Revisión y Corrección de Texto: M. Sc. Manuel Bas y M. Sc. Armando Hernández Quintero
Autoría, Edición y Montaje Electrónico: (bi) TSU- Esp. Hernández Víctor A.
Autoría, Edición y Montaje Electrónico: (bi) TSU- Esp. Hernández Víctor A.