domingo, 15 de noviembre de 2020

CARLOS VIDALES BOLÍVAR ENFERMO: LOS ÚLTIMOS RETRATOS

 

 

 

CARLOS VIDALES BOLÍVAR ENFERMO: LOS ÚLTIMOS RETRATOS*

(Reseña de Libro)

 

“Todos los retratos aquí presentados (excepto el último) fueron hechos en vida de
Bolívar, quien los conoció y, en algunos casos, los comentó, a excepción de los dos que pertenecieron al archivo personal de Manuela Sáenz. Apenas puede dudarse de que reflejan la fisonomía del Libertador en diferentes momentos de la última fase de su existencia, pues fueron aceptados como auténticos por él, por sus contemporáneos y por quien tenía la más íntima relación con él” (Carlos Vidales, 2012).

“Y si  todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían los mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad” (George Orwell, 1949. “1984”)

 “Se rinde ‘culto’ a los hombres que forjaron la nacionalidad independiente, pero un culto que se da la mano con lo sentimental más que con lo reflexivo” (Mario Briceño Iragorry, 1951).

 

DEL BOLÍVAR ENFERMO Y SUS ÚLTIMOS RETRATOS AL BOLÍVAR  3D

 

     En este espacio refiero el  libro: “Bolívar Enfermo: Los Últimos Retratos” publicado en el año 2012 por Carlos Vidales (Bogotá, 1939-Estocolmo, 2014). Vidales residía en Estocolmo, Suecia desde 1980, dos años después comenzó a trabajar en el Departamento de Español, Portugués y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, hasta su jubilación en el 2006. En dicha casa de estudios fue profesor de español, literatura y análisis de textos literarios. Asimismo en los cursos de Sociedad, Historia y Cultura de América Latina. Su jubilación no impidió que siguiera sus estudios históricos como lo demuestra la obra que aquí comentaré. Donde se exhiben veinticuatro retratos de Simón Bolívar que se le realizaron entre 1828-1830, dentro de los cuales está uno inédito que no deja dudas de cómo lucía el Libertador en sus últimos días. Por cierto discrepa con la versión en 3D mandada a hacer por el gobierno nacional con Philippe Froesch, artista franco-alemán dedicado a reconstruir el rostro de figuras históricas tales como Maximiliano Robespierre (Martínez, 2020). Froesch, en una entrevista que le realizara en Colombia la periodista venezolana Valentina Lárez, le asegura que Hugo Chávez  lo contrató para que hiciera con tecnología de la serie CSI: Cyber, el verdadero rostro del Libertador a partir de la tomografía de su osamenta (Martínez, 2016).

     Los retratos presentados por Carlos Vidales se contrapone a la imagen profana que el presidente Hugo Chávez y su comitiva presidencial, y los “expertos” en reconstrucción digital tridimensional, con que le hicieron creer a la opinión pública,  que ese era el verdadero rostro de Bolívar; como aparece reseñado en el rotativo Semana el 24 de julio de 2012, en el marco de la celebración de  los 229 años de la natalicio de nuestro máximo epónimo, cuando fue revelado ante el país y el mundo por Hugo Chávez, quien afirmaba: “Este es el verdadero rostro de Simón Bolívar” (Semana, 2012, p. s / n.). Tiempo antes de la creación en 3D, de la nueva imagen del Libertador, el Alba Caracas (2010) había reseñado la exhumación de los restos de Bolívar, de esta manera:

Las y los venezolanos se despertaron sorprendidos este viernes, al conocer que una comisión de destacados científicos venezolanos y extranjeros, de entes como la Fiscalía General de la República, la Universidad Central de Venezuela (UCV), la Universidad de Granada (España), el Instituto de Estudios Avanzados de Venezuela (IDEA) y el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) realizaron una exhumación de los restos del Libertador en el Panteón Nacional (p. s / n.).

 

     Naturalmente, dicho  acontecimiento despertó la alegría de muchos (los que siguen a Chávez) y la indignación de otros muchos (los que no lo siguen y de los venezolanos que no están alineados en toldas político-partidista alguna); estos últimos, consideraron este hecho como una profanación de los restos de Bolívar. Los argumentos del oficialismo eran, entre otras cosas, que Simón Bolívar murió envenenado, que se habían confabulado contra él sus enemigos y, había que hacerle nuevos exámenes a la osamenta, porque desconfiaban del diagnóstico del catarro pulmonar crónico que había degenerado en tisis tuberculosa de de A. P. Révérend, incluso, se negó que la imágenes oficiales de Bolívar eran su facsímil.

     Dentro de la tesis del oficialismo cabe referir lo siguiente: La antropólogo forense, Lourdes Pérez, aseguró que las personas que participaron en la investigación para realizar la digitalización del rostro del Padre de la Patria, se encuentra sumamente agradecidos por haber rescatado la memoria del gigante de América, del personaje más transcendental de la historia de Venezuela” Alba Caracas (2012, p. s / n.). Dentro del medio país indignado, cabe destacar además el comunicado de los miembros de la Academia Nacional de la Historia publicado en la Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (2010),  firmado por connotados historiadores venezolanos, dentro de los que cabe mencionar: Elías Pino Iturrieta, Germán Carrera Damas, Pedro Cunill Grau, Santos Rodulfo Cortés, Manuel Caballero, entre otros, quienes condenaron el hecho calificándolo de un “desagravio contra el Padre de la Patria, inútilmente profanado en la tranquilidad de su sepulcro” (p. s / n.).

      El argumento de que Bolívar fue asesinado fue alimentada por Jorge Mier Hoffman creador de la bolivarianalogía (ciencia especializada en la vida de Bolívar) y creador de la primera imagen holográfica del Padre de la Patria en documentos oficiales, y que es el responsable de que el Estado Venezolano haya iniciado la investigación sobre la muerte de Simón Bolívar, tal cual denunció, con pruebas, según él en su Libro “La Carta que cambiará la historia” (Mier Hoffman, 2008). Puestas así las cosas por Mier, el presidente Chávez, por el Decreto 5.834, del 28 de enero del 2008, creó una comisión para estudiar las dudas, que según ellos, había en torno a la muerte de Bolívar (Bastidas Padilla, 2015). Una proposición, que según Bastidas Padilla (ob. cit.), está llena de especulaciones, ciertamente, pero también de documentos, y que Mier Hoffman afirma que Bolívar fue víctima de una conjura entre Estados Unidos, España y el Vaticano, y que  murió “fusilado”, por orden de Andrew Jackson.

     Esto alimentó en Hugo Chávez Frías el interés por la exhumación de los restos de Bolívar. Al respecto señala Bastidas Padilla (ob. cit.): el presidente Chávez de modo  reiterativo y con vehemencia afirmaba que a Simón Bolívar lo mandaron a matar la oligarquía colombiana: “Creo que lo asesinaron. Lo digo y asumo mi humilde responsabilidad ante el pueblo y ante la historia. No tengo pruebas. No sé si las tendremos” (Bastidas Padilla, 2015, p. s / n.). Incluso Mier Hoffman llegó a afirmar que el testamento de Bolívar es apócrifo, y que sus despojos mortales no reposan en el Panteón Nacional (Bastidas Padilla, ob. cit). Cosa algo contradictoria, porque si estaba seguro de que no estaban allí, para que hicieron la exhumación y el retrato en 3D.

     A propósito de la realización de la imagen digital que se realizara de Bolívar, la Comisión Presidencial para la Planificación y Activación del Proceso de Investigación Científica e Histórica, Sobre los Acontecimientos Relacionados con el Fallecimiento de El Libertador Simón Bolívar y el traslado a la Nación de sus restos mortales (2012), detalla de esta manera los pasos para la reconstrucción facial:

 

           1. Reconstrucción y Digitalización Tridimensional del Cráneo. 2. Establecimiento de la Profundidad de los Grosores del tejido Blando. 3. Modelado de la musculatura facial por medio de gráficos computarizados tridimensional. 4. Asignación de los detalles del Rostro como son el tono de piel, color de ojos, forma, color del cabello, cejas, pilosidad facial, arrugas faciales y sombreado para dar una apariencia natural, y el deterioro sufrido por los últimos meses de su enfermedad, todo lo cual dará forma grafica a los informes científicos forenses” (p. 3).

 

     Sin embargo, para el entendido de muchos,  dentro del que me incluyo, este rostro no guarda semejanzas con los rostros que históricamente se le ha asignado al Libertador como auténtico, ni mucho menos en esos últimos años de (1828-1830) ni el realizado en 1 830 en San Pedro Alejandrino como lo veremos más adelante, en el trabajo de Carlos Vidales. El rostro en 3D realizado a Bolívar, para decirlo con palabras del historiador Luis Castro Leiva, no es más que “teología bolivariana”. Vidales incluye en su trabajo veinticuatro (24) retratos de Bolívar, pintados entre 1828-1830, veintitrés (23) de ellos se hicieron en vida para los que el posó, de los cuales Bolívar tuvo conocimiento, excepto uno (1), que se le realizó post mortem por Luis Perú De Lacroix, el último en la secuencia de retratos del libro. Además de este pintor, figuran: Antonio Salas (2 óleos); Pío Domínguez (1 óleo); Antonio Meucci (4 óleos); Juan B. Pérez y Soto (1 óleo); anónimo (1 óleo); y José María Espinosa (12 obras): (4 óleos), (1 acuarela) y (7 carboncillos).

     Espinosa es quizás el pintor que más retrató a Bolívar, lo cual tiene varias explicaciones: era militar y amigo de Bolívar y de Sáenz, cosa que aclara también que muchos de esos cuadros estuvieran en el archivo personal de la Libertadora. Son obras testimoniales en la que se puede observar las rúbrica escrita en la parte frontal de varios de los cuadros pintados por Espinosa, por ejemplo, los números 5, donde se lee: “Su excelencia en traje de paisano”. Perfil; 8 donde escribió: Su excelencia con el rostro desencajado después de un ataque de bilis y tos. Me dijo: José Ma. “El verdadero hombre siempre lo encontrarás en el alma de un moribundo”; 9A doña Manuela Sáenz: Su excelencia recuperado después de un ataque de bilis ruega a usted un poco de su compañía"; 17 boceto que Sáenz conservó en su archivo personal hasta su muerte; y 23, el pintado en San Pedro Alejandrino, un cuadro revelador, que nos indica cómo se veía Bolívar unos días antes de su muerte, donde el pintor escribe en el cuadro el grave estado en que se veía.

      Además de lo señalado, el pintor visitaba con frecuencia Bogotá y estuvo cercano al hasta sus últimos días como lo demuestra la obra pintada del natural al Libertador el 10 de diciembre de 1830, por cierto el último que se le pintara en vida para el cual posó (la antes referida: No. 23). De este pintor hay un retrato de Simón Bolívar perteneciente a la Colección del Palacio de Miraflores que ingresó en 2012 al Centro Nacional de Conservación y Restauración Patrimonial (Cencrep) y tras 28 meses de trabajo fue culminada su restauración fue presentada públicamente el miércoles 9 de septiembre por el presidente de la República, Nicolás Maduro en una alocución en el Palacio de Gobierno, dicha obra será incluida en la colección iconográfica del Libertador (Alba Ciudad, 2015).

    Las líneas precedentes han servido para poner de relieve la importancia de esta obra para historiografía, la iconografía del libertador y contribuir simultáneamente con las artes visuales vinculada a los retratos realizados por los artistas referentes a Bolívar en el siglo XIX. Aunque Vidales (2012) en la breve presentación  deja claro referente a esta investigación lo siguiente: “Esta no pretende ser una presentación artística. Es solamente una parte de mi proyecto de investigación histórica sobre la iconografía del Libertador. Las fechas aquí indicadas están sujetas a revisión” (p. 2). A pesar que el escritor no tenía entre sus fines realizar una investigación de carácter pictórico, pero dadas las características del libro, detrás de su  afirmación subyace también un aporte fundamental al campo de las artes visuales, y disipar de una vez la nube de especulación que existe referido a cómo era el rostro del Libertador en su últimos días de San Pedro Alejandrino, y de esta manera dar luces referente a la iconografía del personaje.

     Referente a este asunto, Vidales (ob. cit.), apunta: “Apenas puede dudarse de que relejan la fisonomía del Libertador en diferentes momentos de la última fase de su existencia, pues fueron aceptados como auténticos por él, por sus contemporáneos y por quien tenía la más íntima relación con él” (ob. cit., p. 33). Asimismo, señala: “Yo los publico como un homenaje en este diciembre de 2012, cuando se cumplen 182 años de la muerte de Bolívar” (Vidales, ob. cit., p. 2). Estas imágenes, en palabras del autor, ilustran el último período de la vida de Simón Bolívar. Sin más preámbulos presentamos un comentario de dichas efigies en la secuencia que aparecen en el libro de Vidales (2012):

      1). Pintado en mayo de 1828 por José María Espinosa, amigo del Libertador,  hizo este retrato al óleo, con ocasión de la estadía de Bolívar en Ocaña, Colombia, en tiempo de la Gran Convención (mayo-junio).

     2). Otro óleo pintado el 2 septiembre de 1828 en Bogotá, Colombia por José María Espinosa, Bolívar le obsequió este cuadro al coronel Juan María Gómez.

     3). Un  carboncillo realizado en Bogotá por José María Espinosa en víspera del atentado del 25 de septiembre, por cierto, Bolívar elogió este retrato prometiéndole mandarle a Italia con una beca a perfeccionarse al pintor.

     4). En 1828 realizó este carboncillo José María Espinosa, pintado en Bogotá poco después del atentado del 25 de septiembre.

     5). Un dibujo hecho en 1829 por José María Espinosa, posiblemente al inicio de este año, en Bogotá, Colombia; en la obra se puede leer la firma del artista, además del texto: “su excelencia en traje de paisano. Perfil”. Bolívar vestía de esa manera luego de un atentado del 28 de septiembre de 1828 para pasar inadvertido ante de sus enemigos. Esta obra perteneció al archivo de Manuela Sáenz.

     6). En 1829, Antonio Salas en Guayaquil ejecuta el óleo, que fue un encargo de Juan José Flores, primer presidente del Ecuador, aparece Bolívar en primer plano y en segundo, el general Florencio ‘Oleary. Bolívar sufría una hepatitis aguda.

     7). Otro óleo pintado por Antonio Salas, esta vez,  en la ciudad de  Quito, después de pasar una gravísima enfermedad en Guayaquil.

     8). Dibujo de José María Espinosa realizado en 1829 en Bogotá, Colombia está obra perteneció a al archivo de Manuela Sáenz, en ella, el pintor escribió el siguiente texto: “Su excelencia con el rostro desencajado después de un ataque de bilis y tos. Me dijo: José Ma. ‘El verdadero hombre siempre lo encontrarás en el alma de un moribundo”.

     9). En 1829 en Bogotá, José María Espinosa, dibujó este retrato que perteneció al archivo personal de Manuela Sáenz, en la obra se puede leer: “A doña Manuela Sáenz: Su excelencia recuperado después de un ataque de bilis ruega a usted un poco de su compañía";

      10). Miniatura al óleo pintada sobre marfil por Pío Domínguez, al dorso se puede leer: “Pintado en el 1 de marzo de 1829 por  P. D. copiado de la misma persona del General Simón Bolívar.

     11).  Pintado al óleo en Bogotá en 1830, por José María Espinosa, después de su renuncia al poder en víspera de su viaje a Cartagena Colombia. Dicha  obra fue restaurada por el artista en 1840.

     12). Una acuarela sobre cartulina pintada  por José María Espinosa en 1830 en Bogotá, después de su renuncia al poder.

     13). Un óleo pintado por José María Espinosa a comienzos de 1830, Bolívar aparece de pie con los brazos cruzados y mirando de soslayo al artista, fue la pose característica escogida por Espinosa para los óleos que le realizará al Libertador desde finales de 1828.  Una de las tantas variantes realizadas por Espinosa. Esta es la misma pose adoptada por El Libertador, en la obra referida en líneas precedentes del Bolívar que restauró el Gobierno Nacional a través de Cencrep,  pintado también por José María Espinosa.

     14). Cuadro Anónimo pintado en Bogotá, Colombia en 1830, aunque los conocedores de las obras pintadas por Espinosa del Libertador, creen ver sus rasgos en ella.

    15). Dibujo a carboncillo realizado por José María Espinosa en 1830 en Bogotá, Colombia en tiempo de su partida a Cartagena. Esta obra aparece reseñada en el libro titulado: El Rostro de  Bolívar de Oscar Rojas Jiménez (1988).

     16). Dibujado al carboncillo por el pintor José María Espinosa en Bogotá, Colombia en 1830, poco antes de su viaje final del Libertador a Cartagena, dicha obra aparece referido en el libro El Rostro de Bolívar de Oscar Rojas Jiménez y de Alfredo Boulton: Los Retratos de Bolívar.

    17). Un boceto realizado en Bogotá, Colombia por José María Espinosa en 1830.  Entre 1829 y 1830, Espinosa realizó una serie de cuadros en las que se observa el creciente deterioro de la salud de Bolívar. Espinosa le envió este boceto a Sáenz quien lo conservó en su  hasta su muerte, dicho dibujo aparece  en el libro citado Rojas Jiménez,  y Alfredo Boulton.

     18). Óleo (sepia) de Antonio Meucci pintado en julio de 1830 en Cartagena, Colombia una característica que refleja el rostro de Bolívar, en esta tela, según Vidales (2012) es el alargamiento del rostro y el creciente prognatismo;

     19). Retrato pintado al óleo de Antonio Meucci en Cartagena, posiblemente a fines de julio de 1830, considerado único en la iconografía bolivariana por la sonrisa que Bolívar exhibe en el cuadro.

     20). Miniatura al óleo sobre marfil pintado por Antonio Meucci en Cartagena en agosto de 1830, perteneciente a la colección de Carmen Aida Zuluaga,  Caracas, D. C., Venezuela. Algunos autores pensaban que éste, era el último retrato que se le realizara a Bolívar en vida donde posó para el artista, sin embargo, como se verá más adelante, no es cierto, Carlos Vidales lo demuestra en este libro. Por cierto este cuadro aparece reseñado en el  trabajo Oscar Rojas Jiménez (1988) titulado: El Rostro de Bolívar y en de Boulton (1983): Los Retratos de Bolívar. Por cierto esta obra pertenece actualmente a la Fundación John Boulton.

     21).  En agosto de1830 en Cartagena, Colombia, tomando como modelo una obra de Antonio Meucci, Juan B. Pérez y Soto, pinta al óleo un retrato de perfil. Esta obra se publicó en la Revista Ilustrada No. 3, del 4 de agosto de 1898, se pensaba también, como el caso anterior que fue el último para el que Bolívar posó, cosa no cierta (Vidales, ob. cit.).

      22). Miniatura al óleo sobre marfil pintada por Antonio Meucci en agosto de 1830 en Cartagena. Sobre esta obra, su edecán Belford Hinton Wilson, escribió: “Esta es la mejor y la única buena interpretación que jamás haya yo visto del General Simón Bolívar, y así ha sido reconocido por el General y por el Coronel Ibarra, sus edecanes, como también por el señor José Rafael Revenga y por todos los compañeros del General Bolívar, sus oficiales y amigos, a quienes la hemos mostrado” (Vidales ob. cit., p. 29). Por cierto, es el mismo cuadro de la portada del libro que aquí comentamos.

     23). Este boceto, inédito, fue realizado por José María Espinosa el 10 de diciembre de 1830 para el que Simón Bolívar posó. El retrato en cuestión fue hallado en el archivo de Manuelita Sáenz, quien lo guardó como un tesoro hasta su muerte. Aunque el dibujo está fechado en Santa Marta,  la crítica opina que es innegable que fue realizado en la Quinta San Pedro Alejandrino. Además de estas particularidades de reflejar las últimas facciones del Libertador en vida, cosa que hasta ahora eran especulaciones; como el retrato que mandara a realizar Hugo Chávez, luego de la exhumación de los restos del prócer del Panteón Nacional. El retrato que ofrece Vidales en este libro nunca antes fue conocido públicamente, en él,  José María Espinosa debajo de la obra, escribió: “Se refleja en el noble rostro de su excelencia una grave preocupación por su salud. Solo él sabe cuánto sufre. Santa Martha XII-10-/30”  y, finalmente…

     24). Un dibujo realizado el 17 de diciembre de 1830 de Bolívar muerto realizado por Luis Perú de Lacroix (secretario de Bolívar), quien al lado derecho inferior del cuadro escribió: “…sus facciones expresaban perfecta serenidad, ningún dolor o seña de padecimiento se refleja en su noble rostro”. Esta obra fue propiedad de Manuela Sáenz. Este cuadro aparece también en la contraportada del libro de Carlos Vidales. Cabe nombrar en este espacio la carta que Luis Perú de Lacroix le envió a Sáenz, el 16 de diciembre, contándole el triste estado en que ha visto al Libertador (Bastidas Padilla, 2015). De modo que el retrato hecho por el militar y pintor, arranca de un hecho real, no de una ficción o fantasía, él fue testigo, estuvo frente a Bolívar como lo testifica  esta misiva, como era su apariencia física, con base a ello elabora  el dibujo postmorten.

     En esta reseña voy a prestar mayor atención al pintor José María del Rosario Joaquín Custodio Remigio Espinosa (1776-1883), mejor conocido en la historia como Espinosa, quien fue uno de los creadores de la iconografía del Libertador Simón Bolívar, pues no se le conoce influencia inmediata. Fue pintor, cronista, prócer del la Independencia y amigo de Bolívar. Incluso existen libros que testifican la amistad de Espinosa y Bolívar (Rojas Jiménez, 1988).  Ahora bien, cuatro son las razones por detenerme a comentar la obra de José María Espinosa: (1) por ser uno de los pintores que más retrató en vida a Bolívar para lo cual posó; (2) por no conocerse influencia inmediata en sus retratos; (3) por ser el pintor  que hizo un retrato del Libertador en su lecho de muerte y que deja testimonio de palabra e imagen sobre la condición grave de salud y deterioro físico en que se encontraba Bolívar. Sobre este punto señala Rojas Jiménez (ob. cit.) que lo los historiadores han repetido una y otra vez sobre su estado físico, lo siguiente: “si nosotros por el azar de la reencarnación encontrásemos a Bolívar en una calle cualquiera de Venezuela, no lo reconoceríamos, pasaría a nuestro lado posiblemente inadvertido” (p. 17); (4) deja de lado toda clase de especulación referida a cómo lucía Bolívar en sus últimos momentos de su vida; y (5) por ser un retrato hasta ahora no incluido en la iconografía bolivariana. Me refiero al retrato número veintitrés (23) en la secuencia de este trabajo y del libro de Vidales, donde se puede observar más un Bolívar en muerte que en vida, producto de la grave enfermedad que padecía, que el mismo Espinosa lo testifica con la escritura que le hizo en la parte inferior del retrato. Al respecto, Rojas Jiménez (ob. cit.), al respecto señala:

            pero si fuéramos a ver el Bolívar de mirada opaca, el Bolívar de Espinos que pintara el último de su vida, o fuéramos a ver las miniaturas del pintor Meucci en Cartagena, no lo identificaríamos porque ya se había apagado la luz intensa de sus ojos, su pelo se había raleado, su cuerpo estaba enjuto por la tisis; ya era el vencido  del cuerpo pero jamás del alma (p. 17).

 

     Debo dejar claro, que las discusiones en torno a los retratos de Simón Bolívar en cuanto a similitud o no con el personaje, desde el punto de vista pictórico, y atendiendo a la necesidad de buscar en el pasado siglo XIX, entre los pintores para hacer retratos, se les exigía, entre otras cosas, que fuera un pintor con reputación y que en lo posible estuviera presente el personaje. Los retratos hechos, tomando como modelo otro cuadro, al cual se le hacían incontables copias, tendía a alejarse de las características del modelo que se quería representar.

     El mismo José Gil de Castro y Morales (el mulato Gil), pintor peruano de gran notoriedad en el oficio, hizo una serie de retratos de Bolívar, uno de ellos, para el cual estuvo presente, según el mismo Simón Bolívar, fue fiel a su imagen. Me refiero al cuadro pintado en Lima en 1825, donde aparece con la espada de oro que la municipalidad de Lima le otorgara. Referente a este cuadro, según Rojas Jiménez (1988), Bolívar,  al verlo, expresó: “es  mi retrato pintado a imagen y semejanza” (p. 12). Esta obra de Gil de Castro fue traída a Venezuela por Antonio Leocadio Guzmán para ser colocado en el Salón de Honor de la Casa del  Vínculo en la esquina de Las Gradillas. Más tarde pasó al Salón Elíptico, Caracas. Sin embargo, no tuvo, en los posteriores realizados, en donde no posara Bolívar, que hizo tomando como modelo el cuadro para el cual Bolivar estuvo presente, la misma fama en cuanto a fidelidad con su figura. Al menos desde el punto de vista de lo que pudiéramos llamar el realismo pictórico. Rojas Jiménez (ob. cit.), al respecto indica:

Pero si fuéramos a ver el Bolívar de mirada opaca, el Bolivar de Espinosa que pintara el último de su vida, o fuéramos a ver las miniaturas del pintor Meucci en Cartagena, no lo identificaríamos porque ya se había apagado la luz intensa de sus ojos, su pelo se había raleado, su cuerpo estaba enjuto por la tisis; ya era el vencido del cuerpo pero jamás del alma (p. 17).

 

     La importancia de los retratos, al menos desde el Renacimiento italiano, era que buscaban inmortalizar a la persona que posara como un legado para la posteridad, y estaban destinadas  para este privilegio las personas pudientes e influyentes. Caso icónico: La Mona Lisa. Cabe recordar que la cámara fotográfica fue una invención de Charles y Jacques Louis Chevalier en París en el año 1826, aunque la cámara oscura es anterior. De modo, que para ese entonces, la única manera de mantener vivo el rostro de personajes importantes era el retrato pictórico, siempre buscando la fidelidad con el modelo que se quería representar.

     Es importante señalar, que las novedades de los retratos que nos traen el impresionismo y el cubismo, muy sugestivos, persiguen otros fines de los retratos que vengo comentando, son otras formas de expresar la figura humana, que no se le niega su validez dentro de las artes visuales, y cuyo fin es representar las formas geométricas el mundo interior del ser humano. Cabe recordar en este espacio la obra de Picasso: Retrato de Dora Maar (1937) de la época cubista y; los del expresionismo de Oskar Kokoschka, Autorretrato con  Brazos cruzados (1826), los cuales son muy ilustrativos para aclarar esta idea. La diferencia entre los cuadros de Espinosa, Picasso y Kokoschka, obedece a la finalidad que cumplían en un momento dado en el tiempo en que fueron pintados, sin desmeritar uno con respecto a otro, y a la tendencia artística imperante en ese entonces.

     Una vez hechas la reflexiones que considero pertinentes sobre el libro de Carlos Vidales “Bolívar Enfermo: Los Últimos Retratos”, recomiendo sus lectura, ojalá haya salido tiempo antes su publicación de la exhumación de los restos de Simón Bolívar y hubiera sido leído por  los profanadores de  su reposo final, para ver si hubiera obrado  el milagro de evitar que los expertos en “bolivarianalogía” hayan desistido de cometer semejante vesania. Lo meritorio del trabajo de Carlos Vidales es que los retratos de Simón Bolivar aquí presentados, sobre los últimos dos años de su vida, dejan de lado “toda” especulación referido a cómo se veía; y de manera particular el último que se le hizo en vida estando frente del pintor Espinosa el día 10 de diciembre de 1830.

*Manuel Bas, Dr. en Cultura y Arte para América Latina y El Caribe.

 REFERENCIAS

 Exhumados los restos del Libertador Simón Bolívar. (2010, Julio 17). Alba Caracas. [Prensa en línea]. Alba Caracas Disponible: https://albaciudad.org/2010/07/exhumados-los-restos-del-libertador-simon-bolivar/. [Consulta: 2020, Agosto 9].

Chávez devela rostro digitalizado del Libertador. (2012, Julio 24). Alba Caracas. [Prensa en línea]. Disponible: https://albaciudad.org/2012/07/chavez-devela-rostro-digitalizado-del-libertador/. [Consulta. 2020, Agosto 9].

Cencrep restauró retrato de Bolívar del pintor colombiano José María Espinosa. (2015, Septiembre 16). Alba Caracas. [Prensa en línea]. Disponible: https://albaciudad.org/2015/09/cencrep-restauro-retrato-de-bolivar-del-pintor-colombiano-jose-maria-espinosa/. [Consulta: 2020, Agosto 9).

Bastidas Padilla, C. (2015, Diciembre 18). La otra muerte de Bolívar. Análisis del libro 'La carta que cambiará la historia' que dice que el Libertador fue "fusilado". El Tiempo (Prensa en línea). Disponible: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16462449. [Consulta: 2020, Agosto 17].

Boulton, A. Los Retratos de Bolivar. En Galería de Arte Nacional / Museo de Bellas Artes. (1983). Simón Bolívar Bicentenario de su Nacimiento 1783-1983. Caracas: Autor. 


Comisión Presidencial para la Planificación y Activación del Proceso de Investigación Científica e Histórica, Sobre los Acontecimientos Relacionados con el Fallecimiento de El Libertador Simón Bolívar y el traslado a la Nación de sus restos mortales. (2012, Julio). Informe sobre la Reconstrucción Facial 3d de el Libertador Simón Bolívar. [Documento en línea]. Disponible: https://albaciudad.org/wp-content/uploads/2012/07/Informe-sobre-la-Recosntruccion-Facial-3D-de-El-Libertador.pdf. [Consulta: 2020, Agosto 9].

Martínez, I. (2013, Enero 13). La Leyenda del Bolívar Zambo. Prodavinci. Disponible: https://historico.prodavinci.com/2016/01/13/actualidad/la-leyenda-del-bolivar-zambo-por-ibsen-martinez-2/. [Consulta: 2020, Agosto 9].

———————. (2020, Junio 22). Bolívar y sus negros. El País (Prensa en línea). Disponible: https://elpais.com/opinion/2020-06-22/bolivar-y-sus-negros.html [Consulta: 2020, Agosto 19].

Mier Hoffman, J. (2088, Agosto 4).Quién asesinó al Libertador. [Documento en línea]. Disponible: https://jorgemier.wordpress.com/. [Consulta: 2020, Agosto 17].

Comunicado de la Academia Nacional de la Historia. (2010). Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina. 59,  (1-2), p. s / i. [Revista en línea]. Disponible: https://revista.svhm.org.ve/ediciones/2010/1-2/art-13/. [Consulta: 2020, Julio 28].

Rojas Jiménez, O. El Rostro de Bolívar. En Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección de Relaciones Culturales. (1988, Julio-Diciembre). Venezuela 88. No. 11 y 12, Caracas: Autor, pp.10-17.

Este es el verdadero rostro de Simón Bolívar, según Chávez. Para celebrar los 229 años del natalicio del Libertador, Hugo Chávez mostró el rostro digitalizado de Simón Bolívar. La imagen fue elaborada por expertos que exhumaron su cadáver y reconstruyeron en tres dimensiones la cara del prócer. (2012, Julio 24).  Semana [Prensa en línea]. Disponible. https://www.semana.com/mundo/articulo/este-verdadero-rostro-simon-bolivar-segun-chavez/261718-3 [Consulta: 2020, Agosto 9].

Vidales, C. (2012). Bolívar Enfermo: Los Últimos Retratos. Colombia. [Libro en línea]. Disponible: https://es.slideshare.net/cvidales/bolvar-enfermo-ltimos-retratos. [Consulta: 2020, Julio 28-Agosto 15).

 

 

 

 

 

MUESTRA VISUAL

 

1). Astrid Gómez (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Bolívar (2020)

Paint digital


 

2). Astrid Gómez (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Bolívar y su caballo (2020)

Paint digital

 

3). Astrid Gómez (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Bolívar yendo a la guerra (2020)

Paint digital


 4). Duglas Blanco (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Bolívar y su caballito (2020)

Talla en madera policromada



5). Duglas Blanco (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Bolívar bailando la burriquita (2020)

Talla en madera policromada


 6). Víctor Sánchez (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Bolívar (2020)

Mixta / papel

  7). Víctor Sánchez (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Bolívar El Libertador

Mixta / papel



8). Victor Sánchez (Los Teques, Edo. Miranda, Venezuela)

Rostro de Bolívar (2020)

Mixta / papel



 9). Yenny Manzanilla (San Miguel de Boconó, Edo. Trujillo, Venezuela)

Simón Bolívar

Talla en madera policromada

 

CARLOS VIDALES BOLÍVAR ENFERMO: LOS ÚLTIMOS RETRATOS

(Reseña de Libro)

DEL BOLÍVAR ENFERMO Y SUS ÚLTIMOS RETRATOS AL BOLÍVAR  3D

TEXTO: Manuel Bas

POSTER ON LINE: Eduardo Palmera

EDICIÓN: Eduardo Palmera & Manuel Bas

Obras de la Colección Manuel Bas, Caracas, D. C., Venezuela

En Venezuela, el país donde se inventó la Bolivarianalogía, noviembre 2020.

 

 

sábado, 15 de agosto de 2020

SEMANTICA DEL COLOR Y DE LA IMAGEN

 

 

 

 

PARA MI AMIGO FRANCO URBANO IN MEMORIAM

Semántica del Color y de la Imagen: Luís Méndez y Pablo A. Millán

 

     Estando de visita en una oportunidad, en febrero del 2007 en la Galería Óleo y Temple, su propietario y amigo Franco Urbano me comentaba referente al proyecto expositivo: Semántica del Color y de la Imagen, en el cual se exhibirían de manera conjunta dos muestras individuales de dos de nuestros artistas más significativos del Oriente de Venezuela: Luís Méndez y Pablo A. Millán. Dicha muestra se llevaría a cabo desde el 28 de marzo al 27 de abril de ese año, con texto, de mí también amigo: William Guaregua.

 

     Franco Urbano me pregunto si tenía una cronología de exposición de Luís Méndez, respondiéndole que sí, una cronología que había realizado un año atrás. Se la hice llegar tiempo después. Ya en días cercanos al evento referido, me hizo extensiva la invitación para que acudiera con él, Helis Aguilera, Pablo Millán, a un espacio radial que conducía nuestro amigo, ya fallecido: Miguelito Guilarte. Como conocedor de la obra tanto de Méndez como la de Millán, era que disertara  en la entrevista, sobre la vida y obra de estos dos creadores. Fue un momento agradable, Miguel caracterizado por su buen humor hizo de la entrevista un momento grato, para todos.

 

     Asistí a la inauguración del evento, por cierto muy concurrido, del cual conservo el catálogo en PowerPoint, que me obsequió, que de aquél tiempo al presente he conservado. La idea que me propongo con este trabajo, además de destacar dos de nuestras figuras estelares de nuestro arte popular, es recordar a mi querido, y nunca olvidado amigo Franco Urbano. Hombre muy sensible a nuestras artes visuales, promotor y divulgador de nuestros artistas de Venezuela. Por ello escribo estas palabras y les presento el catálogo digital de la exposición in memóriam a Franco Urbano.*

*Manuel Bas

Manuel Bas y Víctor A. Hernández (Comps.)

Poster on Line: Licdo. Esp. Víctor A. Hernández

Etiquetas: Franco Urbano, Galería Óleo y Temple, Semántica del Color y de la Imagen, Luís Méndez, Pablo A. Millán, William Guaregua.

Los Teques, 23 de febrero de 2020