Cultura y Arte Americano: octubre 2018

TRIBUTO PARA UN AMIGO IN MEMORIAM A MOSHE ARAMATI M.

Moshe Aramati M. nació el 17 de diciembre de 1956, en la legendaria ciudad de Alejandría fundada por Alejandro Magno en el 322 a. C., ubicada al norte de Egipto, en la zona más occidental del delta del río Nilo, sobre una loma que separa al lago Mariout del mar Mediterráneo. Estudió Ingeniería Civil en la Universidad Metropolitana, Caracas D. C., Venezuela. Fue un hombre más entregado a las artes visuales que a su profesión de ingeniero. El arte fue su vida.

Conocí a Moshe Aramati M. en 1998 en el Museo de Anzoátegui de Barcelona en una exposición que no recuerdo de qué artista era. Época en la cual tenía la tienda de venta de obras de arte: Galería Sharon, en el Centro Comercial El Peñón del Faro en Lechería. A partir de ese momento nos hicimos amigos. A menudo nos dispensábamos visitas, él a mi casa en la urbanización “Los Mangles”, en la capital anzoatiguense, y yo a la suya, en la urbanización El Peñonal, Conjunto Residencial La Rosaleda No. 1, del municipio “Diego Bautista Urbaneja”, Lechería. En esos encuentros teníamos largas tertulias sobre artes plásticas.

El arte nos hizo amigos. Aramati, además de ser un galerista era un gran coleccionista y conocedor del arte nacional. La última visita que le hice a su casa de Lechería, fue a finales del año 2008, antes de venirme a vivir a Caracas D. C. En aquella oportunidad, nos tomamos algunas cervezas, y me mostró unos cuadros que él estaba pintando, en el que el color, las figuras geométricas, las transparencias y los planos superpuesto son característicos. De esta época data un catálogo que él hizo contentivo de un texto que escribió donde conceptualmente se refiere a su trabajo plástico y, ocho (8) fotografías de sus pinturas, que aquí doy a conocer.

Estando yo, ya residenciado en la capital del país, nos llamábamos eventualmente. Hace más o menos dos años, en varias oportunidades, Moshe Aramati estando de paso por Caracas, me invitó a su apartamento del Conjunto Residencial Ávila, de San Bernardino, en esas ocasiones intercambiamos unas pinturas, y conversamos sobre el trabajo pictórico que estaba realizando. Desde aquellos momentos nos vimos más. Esporádicamente cruzamos algunas palabras por teléfono. Hasta que este año (2018) me enteré que lo habían encontrado muerto en su casa de Lechería. Paz a su alma. Recuerda Moshe, donde quieras que tu estés, que los buenos amigos son para siempre ¡Hasta pronto amigo¡

El texto y las fotografías que siguen, son la reproducción textual del referido catálogo:

Lo que siento…

Del cuaderno de mi memoria:

Siempre he sentido la necesidad de debatir entre la función del abstraccionismo y el informalismo, en un impulso de acciones desarrolladas, incluyendo, advirtiendo y orientando el movimiento en espacios ilusorios, con elementos contrapuestos dentro del arte moderno y contemporáneo.

Manifiesto y aseguro que los diversos planos de mi obra son activados primero, por la mente, en las formas de círculos, rombos, rectángulos, diagonales y, segundo, por los sentidos, reflejando los filtros de colores y transparencias que tanto apasionan, dando importancia a la resonancia del espíritu y al gesto contundente de la vida, y, de allí viene el gestualismo, en forma lírica e impaciente, formulando la libertad laberíntica en una variación atmosférica, donde cada línea ramifica y origina nuevas visiones, que forman parte del acontecimiento producido por el encuentro de diversos tiempos, donde se logra infinitos accesos que permiten una multiplicidad de lecturas. Pienso que las obras de arte tienen que ser vividas además de ser simplemente contempladas, y, es así como se llenan de significados y revelaciones, que constituyen el mensaje de la existencia. Visiones mayores, Danzas, Conquistas, Encuentros, Tiempos Recuperados, Iniciación, Reflexión, Esplendor, Contemplación, Señales, Testigos del Tiempo, Marcados por el tiempo, Mensajes, Memorias del silencio.

Y… he aquí lo que siento*.

Moshe Aramati M.*

MUESTRA VISUAL