¿CONTRACULTURA
O CULTURA?
La intelectualidad y las
escuelas de pensamiento de la actualidad están de acuerdo con la
conceptualización polisémica de cultura.
Esto, naturalmente ha generado las más disímiles y contradictorias
definiciones, dentro de la expresión de libertad de pensamiento. En 1970, Alvin
Toffler escribió una de las obras más influyentes de los últimos tiempos:
“Future Shock” (El Shock del Futuro), en la que, entre otras cosas, argumentaba que la historia
de la humanidad está dividida entre grandes espacios que oscilan entre sí,
“denominados olas”; que comprenden tres sociedades: la agrícola-ganadera, la de revolución industrial y la del
conocimiento y de la información. Estas etapas, según este autor, son un marco
de referencia para definir el carácter multidimensional del concepto de cultura,
y los rasgos polisémico y heterogeneidad de las acepciones, que con este término, en nuestras sociedades de hoy, suelen designar cosas relativamente diferentes,
en algunos casos.
En el mundo antiguo, particularmente el grecolatino,
de donde en algún sentido nos viene el vocablo cultura, significaba cultivar el
espíritu. Si damos una mirada a estas dos grandes civilizaciones
comprenderíamos tal definición, en el sentido del legado cultural que dejaron para la posteridad. Sin embargo, las
civilizaciones cambian, evolucionan y
aparecen nuevas expresiones del espíritu humano, que naturalmente obligan a
replantearse nuevas formas de entender el fenómeno cultural, no siempre de una
manera conciliadora y satisfactoria.
Desde esta visión, el propósito de este trabajo es reflexionar
alrededor del concepto de cultura contenido en el Capítulo II (Contracultura y
Humanismo) del libro: Humanismo Clásico
y Humanismo Marxista, del filósofo
Ludovico Silva, (1982). Cabe adelantar, antes de entrar en detalles
sobre este asunto, que por lo extenso y los variados aspectos que toca esta
obra y del espacio de que dispongo para desarrollar este ensayo, centraré la
atención en los conceptos de
contracultura y cultura. En este estudio, Silva, (1982) hace una revisión
que arranca desde las grandes civilizaciones de la antigüedad hasta el siglo
XIX. No está demás señalar el riguroso y el exhaustivo tratamiento que le da al
tema de la cultura en las distintas sociedades
aplicando la concepción marxista de la historia —no el marxismo clásico
de Marx y Engels— sino el de Samir Amín. Este autor, citado por Silva (ob. cit.) define la cultura
como… “el modo de organización de la utilización de los valores de uso”, (p.4).
Cuando hablamos de “valor de uso” desde esta visión, nos referimos a la
utilidad de los bienes para satisfacer necesidades humanas. La cultura en un
bien espiritual y material. En este ensayo Ludovico Silva plantea que en
sistema capitalista no hay cultura, sino contracultura; sostiene además que el
elemento ideológico de una sociedad está asociado a la cultura. La cultura en
el mundo capitalista es ideología, según este autor. Niega que en el
capitalismo exista la producción cultural,
sino una contracultura, que debe ser contrapuesta firmemente a la ideología del
sistema capitalista. Sobre este punto continúa el autor, (ob. cit.) … “el
capitalismo, por ser un sistema fundamentado en valores de cambio, no tiene
propiamente una cultura, sino una contracultura, que es algo muy distinto”, (p.
6). Para entender este punto habría que aclarar lo que Marx llama “superestructura ideológica”, que no es
más que todos los elementos espirituales de la sociedad sin distinción alguna.
Sin embargo, la superestructura no es una composición unitaria, sino que está
dividida en dos sectores: la ideología y
la cultura.
Ahora bien, según el esquema marxista, la sociedad es una totalidad orgánica
compuesta por una estructura y una superestructura. Cabe insistir que en el
mundo capitalista la ideología está asociada a la cultura, por ello, Silva,
(ob. cit) refiere que cultura es aquella región de la superestructura
social—valores, creencias, y representaciones— que se opone a la ideología y,
por tanto la cultura cuando se contrapone firmemente a la ideología del sistema
capitalista se trasforma en contracultura. El arte y la ciencia —según este autor—cuando se logra
desideologizar se convierte en anti-arte y
en anti-ciencia, es decir, en contracultura. Lo que Ludovico Silva llama
superestructura ideológica incluye el arte, la religión, la política, la jurisprudencia
y la ideología social, los medios de comunicación, libros, el parlamento, entre otros; que forman parte,
en palabras de Louis Althusser de los aparatos ideológicos del estado, cuya misión es reproducir la ideología
dominante; ésta penetra las aldeas, los barrios pobres, que se sirve además del
discurso religioso. Profundizando más en el concepto de ideología, que al mismo tiempo explicaría el en algún
sentido el de cultura, Ludovico Silva,
(ob. cit.) sostiene:
La ideología es una región específica de la superestructura social,
compuesta por un sistema de valores, creencias y representaciones, que tienen
lugar en todas las sociedades en cuya base material existe la explotación, y
que está destinada, por el mismo sistema, a preservar, justificar y ocultar idealmente…la
explotación que tiene lugar en la estructura material de la sociedad. (p. 25).
Ésta,
naturalmente está en franca comunicación
con otro espacio de la superestructura:
la cultura. Es importante señalar que la ideología incluye el arte, la
religión, la filosofía y la política. Lo
único, en definitiva que puede oponerse a la ideología, según este autor es la conciencia de clase por
parte del proletariado, para producir contracultura. La base material de la
sociedad es la estructura que está
penetrada ideológicamente por la superestructura.
Para seguir adelante con lo que me he
propuesto aquí, profundizaré el concepto de cultura expuesto por Ludovico Silva, (ob. cit). Este autor
considera que existe una relación dinámica entre ideología y cultura. En el
capitalismo la cultura es un fenómeno altamente ideologizado, sin embargo, en mi opinión, en el no capitalista, al menos
en los países de Europa del este y en la extinta UURR, también estaban al
servicio de la ideología dominante, a la
causa política de estos gobiernos. No
creo que siempre que en el mundo capitalista, la cultura en extremo esté a favor de una ideología, mientras quede
espacio para la crítica, más bien la experiencia donde se implantó el modelo
socialista fueron regímenes totalitarios que erosionaron en alguna medida la
iniciativa en términos culturales. Veamos un solo ejemplo, por demás ilustrativo:
el de Diego Rivera en México, militante del Partido Comunista, hombre que puso
su arte al servicio de la causa indigenista, poniendo frente de la sociedad
esta problemática, que a mi manera de entender no depende en términos
determinista de donde milito, sino más bien es un problema de espíritu, de
luchar por una causa noble, y esto, naturalmente no depende de el partido en que estoy. Ni creo tampoco que el arte lo hagan
solo las “clases dominantes”, el caso de Armando Reverón revela la falsedad
de que sólo las clases dominantes hacen la cultura en el mundo capitalista. La
creación no depende de donde estoy militando
ideológicamente, sino más bien pertenece a la condición humana. Si la
cultura está relacionada o al servicio del sistema capitalista, deja de serlo
para ser contracultura en la visión de Ludovico Silva. Sin embargo, esto es
solo una opinión que podemos compartir o no. Es una postura sociologista como
tantas otras que andan por el reino de las Ciencias Sociales. Las verdades
absolutas hoy tienen “patas cortas”, si miramos al pasado veremos como las
verdades han ido perdiendo vigencia, hoy se habla más de verdades particulares,
más temporales .Y qué decir hoy, por ejemplo, que en muchos países la cultura está al
servicio de los gobiernos y no los gobiernos al servicio de ella y de la sociedad,
y que muchos de ellos terminan con un triste papel panfletario, de defender una
causa que no les pertenece. Una cosa es que en algunos casos estén al servicio de los gobiernos y otra cosa
es que la cultura debe estar al servicio de los gobiernos de turno. No niego
que la cultura puede tener su espacio en la política; lo que me parece absurdo
es que la cultura esté al servicio de la política. No nos olvidemos que la
política es parte del quehacer cultural.
En lo que estoy de acuerdo con Ludovico Silva, es que la cultura no se convierta en un mecanismo de
manipulación política, como razón de ser. No está demás afirmar que en este estudio
Ludovico Silva hace un aporte importante para el estudio de la cultura en
el campo de la política a la luz del marxismo, como lo puede hacer también otra
disciplina. Pero tomar militancia política en nombre de la cultura a ultranza,
implicaría también que todos los individuos de una sociedad tengan militancia
política. Tomar postura política en la cultura es ideologizarla, es desnaturalizar su valor autónomo que debe
tener las distintas expresiones de la cultura y la creación cultural, tanto en los países capitalistas o no. Los frescos
de la Capilla Sixtina,
que pintó Miguel Ángel Buonarroti no
tuvieron como fin sólo decorarla, aplicando la terminología marxista, tenía un
claro fin ideológico, es decir, servir
de mensaje a una inmensa población de la religión católica que no sabía leer ni
escribir, por lo tanto servía como vehículo de comunicación ideológica.
Es conveniente, para balancear el concepto
de cultura y contracultura, revisar otros conceptos formulados por otras
disciplinas en el marco de la Filosofía de la Cultura E. B. Tyler, (s. f.) la ha definido… “en sentido
etnográfico amplio, todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias,
el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualquiera otros hábitos o
capacidades adquiridas por el hombre en cuanto miembro de una sociedad”, (p.226).
El espectro que abarca esta conceptualización es amplio, no excluye, intenta más
bien abarcar toda creación humana.
En el campo de la Sociología Cultural, Light y Otros,
(2003) señalan al respecto… “todas las costumbres, creencias, valores, y los
símbolos con que se comunican constantemente entre un grupo de personas que
comparten una vida en común”, (p.87). En esta definición hay que tener claro
que en ninguna sociedad, sus costumbres,
creencias y valores no siempre son los mismos; por ello debe haber respeto a la
diversidad cultural y no caer en cuestionamientos discriminatorios. Ariño
Villarroya, (s. f.), la califica como saberes,
creencias formas de vida, reafirmando el carácter polisémico de cultura. La Antropología Cultural o
Antropología Social, quizá sea la definición más amplia por su connotación
de estudiar al hombre en su medio y sus creaciones. Según Wikipedia , (2014) es
la…“rama de la antropología que centra
su estudio en el conocimiento del ser humano por medio de sus costumbres relaciones parentales, estructuras políticas
y económicas, urbanismo, medios de alimentación, salubridad, mitos, creencias y relaciones de los grupos humanos con el ecosistema”, (p.
s/n.) . Esta definición no discrimina la orientación política, económica,
social, entre otras. Todas estas conceptualizaciones son válidas al estudiar el
fenómeno cultural, nos dan una idea de su carácter polisémico. No obstante, los
términos cultura y contracultura para dictaminar que es cultura carece de
sentido a la hora de determinar qué es y qué no es. Pudiera ser válida en
cierto contexto específico a la hora de un estudio particular, de la cultura
como mecanismo de control ideológico de una sociedad en el campo de la política; pero no rechazar
a priori que en el sistema capitalismo no hay cultura; y en el caso de que se
contraponga a su mecanismo ideológico, la cultura es contracultura. No nos olvidemos
que cualquier ideología es también cultura independientemente del lado político
en que se esté, según la Antropología
y la Sociología. Cultural.
El fenómeno cultural planteado en términos
de contracultura, naturalmente puede ser
válido para comprender la cultura como elemento de control ideológico y patrón
de consumo en el mundo capitalista; pero no creo que sea práctico para emplearlo como fundamento totalizador y determinista para explicar el fenómeno cultural en las
distintas expresiones de la sociedad, ni
creo tampoco que la cultura empleada como ideología no sea cultura, porque está
hecho por el ser humano. Para quien escribe, la contracultura es cultura. No creo que no
haya sociedad sin ideología ni política
que no haya caído en la tentación de emplearla con fines propios, porque la política y la ideología están estrechamente
relacionadas, independientemente a la
causa que sirvan, no están fuera de la
esfera cultural, porque es creación humana. Las obras de Pablo Picasso,
Guernica pintada en 1937, cuyo título alude al bombardeo de Guernica en el
marco de Guerra Civil Española, es un voto de protesta a tan inhumano
acontecimiento; La Guerra y La Paz pintada en 1952 para
decorar la capilla de Vallauris, celebra
además el fin de la Segunda Guerra Mundial, y ponen
de manifiesto que el arte no es solo cultura, sino también ideología, ideología
en este caso, al servicio de una noble
causa. La cultura trasciende la política, es más general, ésta vive dentro de
aquélla, no depende de los modelos políticos asumidos por los países en términos
deterministas. Es cuestión más bien de la condición humana. Cultura y contracultura son cultura.
MUESTRA VISUAL
Omar Rodriguez
La Divina Pastora Visita el Pesebre (2013)
Acrilico/Tela
Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela
Colección Manuel Bas, Caracas, Distrito Capital, Venezuela
Félix Vargas
Cruz de Mayo en Maurica, Barcelona, (1993)
Oleo/Tela
Barcelona, Estado Anzoategui, Venezuela
Colección Manuel Bas, Caracas, Distrito Capital, Venezuela
REFERENCIAS
—Ariño Villarroya,
Antonio. (s. f.).La Concepción de Cultura. Polisemia y Ambivalencia. [Documento
en línea]. Disponible en: www.uv.es/viceext/RAQUEL%200POSICION
/ari%f10%20-%20.Laconcepcion _de_la_cultura.pdf.Visita:29/10/2014.
—Light y Otros.
(2003).Sociología Cultural. Cultura. México: Mc Graw Hill. [Libro en
línea].Disponible: www.buenas tareas
.com/ensayo/cultura-en-sociologia/1866869.html.Visita:28/10/2014
—Silva, Ludovico.
(1982).Humanismo Clásico y Humanismo Marxista. [Contracultura y Humanismo]. Caracas:
Monte Ávila Editores, C. A., pp.3-104. [Libro en línea] .Omegalfa Biblioteca
Libre. Disponible. En: www.omegalfa.es/downloadfile/php?file=libros/culturayhumanismo.
—Toffler, Alvin.
(1970). El “Shock”del Futuro. (J. Ferrer Aleu, Trad.).Barcelona, España: Plaza
& janees S. A. Editores. (Trabajo
original publicado en 1970 con el título: Future Shock).
—Tylor, E. B. (s.
f.)Filosofía de la
Cultura. Cultura en Sentido Antropológico (Primitive
Culture).Proyecto Filosofía en Español. [Diccionario de Filosofía en línea].Disponible
en: http://filosofia.org/filomat/df406.htm.Visita:29/10/2014.
—Wikipedia
La Enciclopedia Libre
(2014, Marzo 29).Antropología Cultural o Antropología Social. [Enciclopedia en
línea]. Disponible en: wikipedia.org/wiki/antropología_cultural.Visita:29/10/2014.
*Manuel Bas. Profesor Agregado, Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” (UNESR).Facilitador en los cursos: Metodología de la Investigación I, investigación Educativa, Introducción a la Investigación, Planificación Educativa, Ética y Praxis de la Profesión Docente y del Taller de Acreditación. Coordinador de la Comisión Delegada de Sistemas de Estudios y Experiencias Acreditables (UNESR , Los Teques).Pregrado: Licenciado en Educación , Cum Laudem (UNESR).Postgrado: Especialista en Gerencia Educacional, Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Magíster Scientiarum en Tecnología y Diseño Educativo (UNESR). Curso de Postgrado de Ampliación: Comprensión de la Realidad Educativa Nacional y Ética de la Profesión Docente (UNESR). Actualmente cursa estudios en el Instituto Pedagógico de Caracas en el Doctorado: Cultura y Arte para América Latina y el Caribe.
*Manuel Bas. Profesor Agregado, Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” (UNESR).Facilitador en los cursos: Metodología de la Investigación I, investigación Educativa, Introducción a la Investigación, Planificación Educativa, Ética y Praxis de la Profesión Docente y del Taller de Acreditación. Coordinador de la Comisión Delegada de Sistemas de Estudios y Experiencias Acreditables (UNESR , Los Teques).Pregrado: Licenciado en Educación , Cum Laudem (UNESR).Postgrado: Especialista en Gerencia Educacional, Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Magíster Scientiarum en Tecnología y Diseño Educativo (UNESR). Curso de Postgrado de Ampliación: Comprensión de la Realidad Educativa Nacional y Ética de la Profesión Docente (UNESR). Actualmente cursa estudios en el Instituto Pedagógico de Caracas en el Doctorado: Cultura y Arte para América Latina y el Caribe.
NOTA:
Este trabajo fue presentado
en el Instituto Pedagógico de Caracas en el Doctorado: Cultura y Arte para
América Latina y el Caribe, en el Curso: La Cultura, Polisemia Instituciones y Normativas a
cargo de la Dra. Aura
Marina Orta, el día 03 de noviembre de 2014
¿CONTRACULTURA
O CULTURA?
TEXTO Y
FOTOGRAFÍA: Manuel Bas
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Esp. Víctor A.
Hernández
APOYO VISUAL: Félix Vargas. Omar Rodríguez
Caracas,
Distrito Capital, Venezuela, 03 de noviembre de 2014
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