UN
SUENO DE LIBERTAD PARA AMÉRICA
Erich Fromm (1900-1980) en su libro: “El Miedo a la Libertad” (1941) señaló
que la existencia del hombre y la libertad son inseparables. Aborda la paradoja
libertad/esclavitud y los vínculos de los paradigmas, de los diferentes
sistemas sociales que ameritan un nuevo orden en la vida humana. Este concepto enmarcado
dentro de lo que pudiéramos llamar Antropología Filosófica, Fromm reflexiona en
torno a la relación de la esencia del hombre, su destino en la sociedad: ser libre.
Sin embargo, en la realidad sabemos que existen hombres libres y esclavos,
esclavos de los dogmatismos religiosos, políticos, económicos, entre otros, como aquellos que señaló Nietzsche en la Genealogía de la Moral, donde estudia los
preceptos morales de Occidente desde Sócrates hasta su tiempo. Al referirse
a la moral de esclavos señala el
mecanismo de control ideológico que la religión católica le imponía a sus fieles, anulando su capacidad crítica,
entablando lo que él llamaba una moral de señores y esclavos
(política-sacerdotal) sobre las masas subyugadas, sobre todo, a aquellos grupos cargados de amargura y hondo
resentimiento. Iglesia y Estado disputándose el control de la sociedad. Esto
explica de alguna manera el papel de la Iglesia en el proceso de colonización en América.
O los seres alienados y enajenados de las fábricas a la que se refiere Marx en
el Período de la Revolución Industrial, o las mentes robotizadas seguidores de los
dogmas políticos de Hitler en Alemania, creyentes en una raza superior y otra inferior. Mussolini en Italia, con el
dogma de una élite política que define el destino de los hombres en la
sociedad. Adoctrinan hombres capaces de seguir las ideas más descabelladas sin
ninguna actitud crítica. Pero más allá de cualquier “grillete mental” o físico,
la libertad del hombre es la elección
que éste haga a través de la voluntad y
autodeterminación y del pensamiento puesto en acción .Rousseau decía que el
hombre es libre por naturaleza pero se encuentra encadenado, no obstante, no
todos los hombres son libres, ni todos nacen libres, ni todos están dispuestos
a ser esclavos. Bolívar, Martí y Rubén Darío son los mejores ejemplos de la aspiración de la libertad natural secuestrada por la fuerza, por las
armas y por la violencia. La libertad es una aspiración del espíritu humano
de realización y autonomía.
La América
colonizada estuvo subyugada por el poder político de las grandes potencias
marítimas de la época: España, Inglaterra, Holanda, Francia, quienes se
repartieron el botín producto de una invasión hegemónica, impositiva,
implantaron su mecanismo de dominación con fórmulas políticas que solo
favorecían a las naciones de ultramar. Tres siglos de dominación que refiere
Bolívar, (1815) en la Carta
de Jamaica en la que empezaron las barbaridades que los españoles cometieron en
el gran hemisferio de Colón. Barbaridades que la presente edad—1819— han
calificado fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana que
jamás serán creídas por los críticos modernos.
En el Discurso de Angostura, (1819), Simón Bolívar en Cordero y Aguiar
(Comps.)(2007) sobre este punto señaló:
”...la América todo lo recibía de
España que realmente la había privado del goce y ejercicio de la tiranía activa;
no permitiéndoles sus funciones en nuestros asuntos domésticos y administración interior …estábamos
abstraídos , ausentes del universo en cuanto era relativo á (sic) la ciencia del
Gobierno …uncido el Pueblo Americano al triple yugo de la ignorancia , de la
tiranía y del vicio , no hemos podido adquirir ni saber , ni poder , ni virtud”
(p.109).
Continúa el Libertador, en la
Carta de Jamaica (1815) en
(ob. cit.) “Jamás éramos virreyes ni gobernadores sino por causas muy
extraordinarias; arzobispos y obispo pocas veces; diplomáticos nunca; militares
en calidad de subalternos; nobles sin privilegios reales”… (p. 78-79).
Esta realidad que he venido presentando de América , naturalmente, con
el correr del tiempo, se va a ir
gestando en la preocupación de los hombres a lo largo del siglo XIX, la
necesidad de una América libre, más
justa; un sueño cristalizado en el pensamiento y acción, particularmente de
intelectuales que dedicaron su vida para luchar por la noble causa de la
independencia americana, quienes además nos dejaron documentos de trascendencia,
de consulta a la hora de esclarecer la problemática de la región. Entre tantos
baluartes del pensamiento y su obra cabe mencionar a: Simón Bolívar (Discurso
de Angostura, 1819); José Martí (Nuestra América 1891) y Rubén Darío (Odas a Roosevelt, 1904).
El propósito de estudiar a estos tres autores,— de los cuales ya he venido comentando a Simón Bolívar—, con
una visión reflexiva como aporte para el debate, como un aporte al pensamiento
crítico, como una contribución de una América donde reine la libertad.
En orden de jerarquía por la data comenzaré por el Discurso de Angostura, 15 de febrero de 1819, cuyo título original
es: “Discurso pronunciado por el General Bolívar al Congreso General de
Venezuela en el acto de su instalación”, alocución considerada por la
historiografía como una de las obras fundamentales del pensamiento bolivariano.
En él, Bolívar, entre otras cosas, expone magistralmente su pensamiento
político, analiza la situación del pasado de Venezuela para comprender la
situación hasta 1819, lo conveniente de instaurar el poder central y sus ideas
sobre educación.
En relación a sus ideas políticas, aunque Bolívar argumentaba en el
Manifiesto de Cartagena, (1812) que el gobierno federal es el más perfecto,
pero el más conveniente para las
nacientes repúblicas americanas por la anarquía que reinaba en el país y por la
falta de cultura republicana, era el gobierno centralista. Argumenta en este
documento, “lo que debilitó más el gobierno de Venezuela, fue la forma de
gobierno que adoptó, siguiendo las máximas exigidas de los derechos del hombre”,
(p.37). Aunque El Libertador está convencido de que el gobierno federal es el
más perfecto para proporcionar la felicidad humana en sociedad no era el más recomendable para los nacientes
estados. (ob. cit.) Expresaba que no se encontraban en aptitud de ejercer por si mismos sus
derechos. Aunque él sabe que la tarea de dictador que ha venido ejerciendo con
poderes plenipotenciarios es riesgosa, su aplomo, sabiduría y sobriedad de
hombre de Estado hizo que impecablemente cumpliera tan peligrosa misión. En el
contexto de la nacientes repúblicas, comenta en la Carta de Jamaica, (1815) la América quedó como el
Imperio Romano cuando se desplomó, cada desmembración consumó un sistema
político conformes a sus intereses y ambiciones
particulares. Esto innegablemente obligaba por la situación política de
anarquía, implantar un modelo centralizado que cohesionara, que le diera
fisonomía y unidad territorial y política a Venezuela.
Para justificar este propósito, ha
dicho Bolívar, (1819) en Cordero y Aguiar (Comps) (2007) en el Discurso de
Angostura en relación a la naciente república no ha sido una simple tempestad
política ni una guerra sangrienta, ni una anarquía popular, ha sido todos estos
elementos disgregadores juntos, un torrente infernal que hundió a Venezuela.
Desde 1812, en el Manifiesto de Cartagena, El Libertador advertía esta
situación política de Venezuela, cuando señalaba: una terrible anarquía en la que la influencia religiosa, la
dominación civil y militar serán otros
tantos instrumentos de que se valdrán los enemigos para controlar las regiones.
Es por ello que Bolívar opta por un gobierno centralista y reunir todos los estados de Venezuela en
una República indivisible, de lo contrario es su muerte. Está consciente que el
sistema federativo, no era dado a los venezolanos gozarlo repentinamente al
salir de las cadenas, porque según Él nuestra constitución moral no era
robusta; podía ser más bien ideada para una “República de Santos”.
Otro aspecto de trascendencia del Discurso de Angostura, es lo relativo
a la educación popular, que debe ser a su juicio la prioridad del Congreso. Una
opinión que compartía con su viejo maestro de primeras letras Don Simón
Rodríguez, quien en su libro: Defensa de Bolívar, (1830) señala que entre la
independencia y la libertad hay un espacio inmenso, la independencia es el
resultado de un trabajo material, la libertad sólo se consigue pensando. En
opinión de ambos ésta, iba a consolidar la libertad de América.
En esta misma línea de pensamiento, hacia 1891, José Martí (1853-1895),
político republicano democrático, pensador, escritor periodista, filósofo,
poeta, líder de la Primera Revolución
Cubana, Héroe Nacional de Cuba escribió un documento esclarecedor de la
realidad americana titulado: Nuestra
América, publicado 72 años después del Discurso de Angostura, en el que podemos encontrar puntos comunes: la
libertad de América. Ha dicho Martí (ob. cit.) en la misma apreciación de
Rodríguez y Bolívar, “Trincheras de ideas valen más que trincheras de
piedras…El problema de la independencia no era el cambio de forma, sino de
espíritu”, (p. s/n). Estas son ideas
sintéticas claras que invitan a la acción, no se trata como decía Bolívar el
cambiar la tiranía española por una
criolla, sino más bien de cambiar toda una estructura en todos los
órdenes que respondieran a los intereses de América, para ello el ingrediente
principista es la libertad. Sobre este punto, Martí, citado por Goldar, (1971) el mensaje de la
obra “Nuestra América” refiere la unidad de Latinoamérica, un folleto contra la
desigualdad social, una propuesta de consignas anticoloniales. Martí, —continúa
el autor—unió la palabra con el hacer y la idea con la realidad. Fue un
revolucionario. Sus ideales revolucionarios son claros, “para gobernar estos
países hay que quitarse las antípodas de la cultura libresca y apelar a la realidad bolivariana…el
conocimiento de lo nacional debe ser el método y el punto de partida para la
trasformación de la realidad”, (ob. cit., pp.7-8). Una realidad—la
americana—que en 1819 que magistralmente describió Bolívar en el Discurso de
Angostura de esta manera:
“Es
imposible asignar con propiedad, á (sic) qué familia humana pertenecemos. La
mayor parte del Indígena se ha aniquilado, El Europeo se ha mezclado con el
Americano y con el Africano, y éste se ha mezclado con el Indio y con el
Europeo. Nacidos todos del seno de una misma Madre, nuestros Padres, diferentes
en origen y en sangre, son extrageros (sic), y todos difieren visiblemente en
la epidermis: esta desemejanza trae un reato de la mayor trascendencia”,
(ob. cit., p.119)
Esta es nuestra América, la
América de José Martí, esa porción de tierra que palpita en
su corazón cuando los Estados Unidos le despojó a México, Texas, y que
contestatariamente, contrariando el aforismo de James Monroe, (1823) “América
para los Americanos” enuncia uno más humano más noble más universal: “América
para la humanidad”, que naturalmente es la bandera de lucha contra cualquier
intervención o colonización en América. La Doctrina Monroe establecía que
cualquier intervención de los estados europeos en América sería visto como un
acto de agresión que requeriría la intervención de los Estados Unidos. Esta
doctrina daría paso en adelante, a que
este país implantara mecanismos más severo de ocupación territorial como el de
Theodore Roosevelt “Big Stick” (gran garrote, 1901) y la de Franklin Roosevelt “New
Deal” (nuevo reparto, 1929). Una situación política que Simón Bolívar profetizó
en 1829 en una carta dirigida al Coronel
Patricio Campbell donde expresó:… “los Estados Unidos que parecieran
destinados por la
Providencia para
plagar la América
de miserias a nombre de la libertad “, (p. s /n).
En tono filantrópico pero contundente en relación al abuso de los países
hegemónicos de Europa y los Estados Unidos, ha expresado Martí, (1891): “Peca contra la humanidad el
que fomenta y propague la oposición y el odio de las razas”, (p. s/n.). En tal
sentido—señala— la colonia continúa viviendo de la república. Esta es una condena que no queda en palabras, en 1989 funda el
Partido Revolucionario Cubano, en 1892 las Bases del Partido Revolucionario
Cubano, que entre otras cosas, en su artículo 4 señala… “establecer una
democracia”; una lucha por la que va a dar su vida, cuando muere en combate en
1895 en la “Guerra Necesaria”, que había organizado ese año.
Dejó un gran legado, una filosofía política que abogaba por un gobierno
que se debe gestar en el país, un gobierno que no es más que el equilibrio de
los elementos naturales del país. Refiere el Apóstol Cubano, (1891 en Nuestra
América) que el gobierno no debe ser en ningún sentido la importación exclusiva
de las ideas y fórmulas ajenas, teniendo como norte la autocrítica. El
pensamiento martiano tiene como fin, al igual que el de Bolívar, la libertad de
América, una “América Nueva”. Que tiene
la oportunidad de dejar de ser un continente descoyuntado durante tres
siglos por un mando que negaba del derecho del hombre al ejercicio de la razón,
que es naturalmente, el ejercicio de la
libertad.
Una libertad negada a partir de las capitulaciones de Santa Fe, dictada
por los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, el 17 de abril
de 1492 para que Cristóbal Colón
cometiera todos los atropellos con los pueblos de lo que va a ser América. Es
un documento donde unilateralmente España pretendía apoderarse de los destinos
de esta parte del mundo sin el menor escrúpulo. La Capitulación de Santa
Fe entre otras cosas sostenía:
“…Vuestras
Altezas hacen al dicho D. Cristóbal Colón su visorrey y gobernador general en las dichas islas y
tierras firmes, que, como es dicho, él descubriere o ganare en las dichas
mares…y cualesquiera mercaderías, siquier sean perlas preciosas, oro, o
plata , especería y otras cualesquiera
cosas y mercaderías de cualquier especie, nombre y manera que sean que se
compraren, trocaren, ganare e hobieran dentro de los límites de dicho
almirantazgo …Vuestras Altezas hacen merced al dicho D. Cristóbal …para sí la
décima parte de todo ello”…,(p.1)
Esta disposición real anuncia toda la implantación de lo que va a ser
América toda, una superestructura: virreinato, gobernación y la religión
católica y leyes —derecho indiano— como
mecanismo de control político-jurídico explotador; una estructura económica que
respondiera a los intereses de Europa y
particularmente de España en las colonias hispánicas, tales como: esclavitud
negra, encomienda de indios, monopolio comercial de la corona española, que
naturalmente erosionaba la economía y los derechos civiles de la gente de la
región. Sobre este punto expuso magistralmente en 1815 en la Carta de Jamaica, y 1819 en
el Discurso de Angostura, Simón Bolívar comentado ya en líneas precedentes. Los
viajes de Colón en alguna medida, trajeron consecuencias nefastas para la América, que inclusive
sigue repercutiendo en el siglo XXI. Aunque cabe decir, aunque suene
paradójico, que en el seno de la sociedad colonial fue germinando el espíritu
de libertad, de la que nacieron hombres como Miranda, Rodríguez, Bolívar,
Nariño, Martí, entre otros. Vinieron a América
figuras tan antagónicas como el
Tirano Aguirre a quien la historia le imputa crímenes horrendos, y
Fray Bartolomé de las Casas Protector Universal de todos los indios
de las Indias; y Sepúlveda, quien
contrario a Las Casas, defendió la legitimidad de la Conquista de América,
justificando la guerra contra los indios. Nuestra historia americana es una
aporía filosófica.
Las consecuencias de los Viajes de Colón, naturalmente no ha escapado de
las críticas de pensadores a lo largo de la historia. En 1892 el poeta
nicaragüense Rubén Darío escribió el poema titulado: A Colón, quien entre otros
versos, escribió “¡Desgraciado Almirante! … ¡Cristoforo Colombo pobre
Almirante, ruega a Dios por el mundo que descubriste!” .En 1904 en la Oda a Roosevelt —de Canto de Vida y Esperanza — que es uno de los tres documentos estudiados aquí, sobre el
Almirante escribió, en tono escéptico: …”la América fragante de Cristóbal Colón, la América católica, la América española, la América en que dijo el
noble Cuauhtémoc: ‘yo no estoy en un lecho de rosas’”.Se refiere el escritor al
gobernante Náhuatl de la ciudad de Tecnochtitlan, México (1520-1521) y al
proceso brutal de la conquista de México por Hernán Cortés.
Rubén Darío (1867-1916), poeta
nicaragüense, conocido como “el príncipe de las letras castellanas”, que según la crítica, el de mayor influencia duradera del siglo XX.
“Cantos de Vida y Esperanza” es una poesía intimista y reflexiva, sin renunciar
a su identidad modernista. Es una poesía angustiada, que expresa su mundo
interior arrebatado, particularmente en la Oda a Roosevelt en la que nos
muestra su preocupación política en la defensa del mundo hispano, en contra de
la colonización anglosajona, especialmente la norteamericana.
La Oda a
Roosevelt es el poema VII de Cantos de
Vida y Esperanza, corona con ella un conjunto de poemas de exaltación de la América Hispánica,
iniciado en el poema: “Salutación del Optimista”. Esta oda fue escrita en
Málaga, España en 1903 .En su escritura influyeron tres circunstancias
históricas: la reciente segregación de Panamá de Colombia, la concesión a los
Estados Unido de América de la franja del Canal con la proclamación de Theodore
Roosevelt (1858-1919), vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos, con su célebre frase: “I took Panamá” (tomo a
Panamá) y la amistad de éste con el presidente de Colombia. Rafael Núñez
(1825-1894) quien promulgó la
Constitución de Colombia de 1886. Rubén Darío interpreta la
crisis que se viven el Istmo de Panamá en Colombia, por la actitud ofensiva de
Roosevelt por la insurgencia norteamericana en la región. Paradójicamente a
Roosevelt se le otorgó el Premio Nóbel de la Paz. Fue fundador del efímero Partido Progresista.
Líder del Partido Republicano, hombre de personalidad enérgica, liderazgo, conocido
como personalidad “cowboy”, fue el promotor de la doctrina “Big Stick” (gran
garrote). Promovió la terminación del Canal de Panamá. La política del gran
garrote —según Roosevelt— consistía “habla suavemente y lleva un garrote, y así llegarás lejos”.
Esta diplomacia da paso al “imperialismo yanki” y su actuación como potencia
mundial, a partir de la cual comenzó una ola de dominio político y económico, y
el derecho de los Estados Unidos de América de intervenir en los asuntos de
América Latina y el Caribe en defensa de los intereses de sus (ciudadanos).
Con la política del garrote se legitimó el extremo uso de la fuerza e intervenciones político-militar en todo el
continente americano en beneficio propio. Los primeros 18 versos de Oda a Roosevelt,
Rubén Darío lo califica como un hombre fuerte, futuro invasor de Suramérica.
—Dice de él — “tiene algo de Washington y de Nemrod”, se refiere naturalmente
al fundador de Estados Unidos de América; y al legendario personaje mítico,
monarca y tirano de Mesopotamia,
constructor de la Torre
de Babel mencionado en el capítulo 10 del Génesis en el Antiguo Testamento.
Busca personajes contrastantes para describir la personalidad de Roosevelt:
Hércules – Mammon, se refiere aquí, al mítico personaje de la mitología griega
caracterizado por su fuerza descomunal y al demonio de la avaricia en la Biblia —Mammon en arameo —.
Ahora bien, estos adjetivos y epítetos empleados no son gratuitos, los abusos y
atropellos estuvieron presente a lo largo y ancho del continente. Según Falconi
Calles, (2014) Estados Unidos inicia con
la “Diplomacia de Gran Garrote” su proceso de expansión en el Caribe poniendo a
un lado a rivales como Inglaterra y España. A esta última le arrebató a Cuba,
Filipina, Guam y Puerto Rico en la guerra de 1898, que termina el 10 de
diciembre con el Tratado de París. En 1901 firmó el Tratado de
Hay-Pauncefote—Secretario de Estado, EE.UU. John M. Hay y Lord Pauncefote,
Embajador de Inglaterra en EE.UU. — con el cual le daba privilegios en la futura
construcción de un canal por el istmo en Centroamérica. Con este tratado tomó
cuerpo la llamada “doctrina del destino manifiesto” que fue el conjunto de ideas geopolíticas y
económicas que justificaban el expansionismo de territorial de EE.UU.
Este autor ha dicho que la construcción de esta obra ha sido decisiva,
geopolíticamente hablando, para su desarrollo capitalista y hegemonía mundial,
ya que integra las costas: atlántica y pacífica. La política del garrote se aplicó cuando el gobierno de los Estados
Unidos y el de Colombia firmaron el Tratado Hay-Herrán, —Secretario de Estado
de EE.UU. John M. Hay y Dr. Tomás Herrán— para comenzar la construcción del
canal. Como este documento no fue ratificado por el Congreso de Colombia, el
gobierno estadounidense apoyó a los “independentista” —panameños— con el
objetivo de separar el istmo que formaba parte de la República de Colombia.
Fue el momento en que Theodore Roosevelt dijo su célebre frase: “I took
Panamá”; quien estaba muy consciente de su importancia estratégica en la
geopolítica mundial. Aquí aplicó la política del garrote. El 4 de noviembre de
1903 se nombró la Junta Provisional
de Gobierno que administraría la naciente República de Panamá, en consecuencia
que el departamento de istmo pasó a ser un nuevo país. Catorce días después se
suscribió el Tratado Hay-Buneau-Varilla, en razón del cual Estados Unidos
obtuvo la concesión para la construcción del canal.
Ya la importancia estratégica del Istmo de Panamá la había profetizado
en la Carta de
Jamaica, (1815) Simón Bolívar, (ob. cit.) cuando señala: “sus canales acortarán
las distancias del mundo: estrecharán los lazos comerciales de Europa,
América y Asia”…, (p. 90). Hacia 1824 El
Libertador, en la
Convocatoria del Congreso de Panamá sobre este tema escribió:
el Istmo de Panamá... está, en el Centro del Globo, viendo por una parte el
Asia y por la otra el África y la
Europa…El Istmo está á (sic.) igual distancia de las
extremidades… en él encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazará
la marcha de nuestras relaciones con el universo ¿Qué será entonces el Istmo de
Corinto comparado con el de Panamá?
La política expansionista de los Estados Unidos comienza con lo que se
denomina: “Conquista del Oeste”, cuando compraron Louisiana a Francia; Florida
a España y Alaska a Rusia. Se habían apropiado por la fuerza de: Texas, Nuevo
México, Arizona, California, Nevada, y una parte de Colorado. De esta forma
tomó cuerpo además la “Doctrina del Destino Manifiesto”, fundamentada en
posiciones geopolíticas y económicas que justificaban la expansión territorial
de los Estados Unidos de América. (Enciclopedia de la Política de Rodrigo
Borja, s. f.)
Con mucha razón Rubén Darío se dirige a Roosevelt de
Alejandro-Nabucodonosor, refiriéndose, no obstante, a Alejandro Magno o
Alejandro El Grande, (356-323
a de J. c.) ,
general griego fundador del Imperio
Greco-Oriental —Helenístico— unos de los
más grandes que ha tenido la historia de la humanidad, quien acometió la empresa
político-militar más importante del
mundo antiguo, que significó cambios trascendentes en todos los órdenes de la
vida; que sólo en la Época Moderna logró
Cristóbal Colón. Nabucodonosor, (s. XII a de J. C.) uno de los primeros reyes
de Babilonia, quizá el más legendario y el más poderoso, según la Biblia, gobernó esta ciudad. Rubén Darío escoge en su
poema símiles de fuerza y arrojo
político-militar de fuerza superlativa y enérgica, personajes históricos
conocidos para la gente común para describir la personalidad de Roosevelt,
quien naturalmente reinterpreta la “Doctrina Monroe” reservándose para su país
el “orden en el hemisferio occidental”, implantando una política exterior
agresiva e intervencionista que tuvo
como objetivo la consolidación de la hegemonía de los Estados Unidos;
utilizando como pretexto la incapacidad de los países centroamericanos,
latinoamericanos y caribeños para gobernarse a si mismos y la falta de
responsabilidad de éstas de cumplir con los compromisos internacionales.
Frente los abusos que hoy pudieran cometer los países hegemónicos del
mundo, en contra de los países latinoamericanos y caribeños, el pensamiento
libertario de Bolívar, Martí y Rubén Darío tomará cuerpo y forma en ideas en
los hombres y mujeres de esta región, dándole fisonomía a las modernas
repúblicas libres del porvenir, porque el pensamiento futurista, profético y
original de estos “Hombres” está vivo entre nosotros. Simón Bolívar, (1819) en
(ob. cit.) nos dejó como legado su pensamiento para vivir en una República
Democrática libre. Al respeto señalaba, que los elementos esenciales para la
vida republicana, las elecciones son esenciales en los sistemas populares, la
alternabilidad en el poder, declarando los derechos del hombre, la
libertad de obrar, de pensar, de hablar, y de escribir, pues las bases de un
gobierno republicano genuino es la
Soberanía del Pueblo y
la división de los poderes, porque consideraba nada más nefasto como su mezcla.
Por ello a dicho Rubén Darío, (1904) en relación a la libertad de América, la América nuestra desde los
remotos momentos de su vida, vive de luz, de fuego, de perfumes, de amor, la América de Moctezuma, del
Inca. En 1891 escribió Martí en relación a la soberanía de los pueblos que la
bandera de los pueblos nutridas de savia gobernante en la práctica continua de
la razón y de la libertad. Sobre la libertad apunta Simón Bolívar, (1819), (ob.
cit.) en la última oración con que culmina su Discurso de Angostura: “Un
Gobierno que haga triunfar bajo el imperio de las de las Leyes inexorables, la
igualdad y la libertad”, (p.152). Esto es, en definitiva, el sueño de libertad para
América a esta hora.
MUESTRA VISUAL
Perfecto Aristóbulo Aguilera (Cantalicio o Cántalo)(1918-1998)
La Entrada triunfal en Jerusalén (1997)
Esmalte industrial/cartón piedra
Maturín, Estado Monagas, Venezuela
Colección: Manuel Bas, Caracas, Distrito Capital, Venezuela
Perfecto Aristóbulo Aguilera (Cantalicio o Cántalo)(1918-1998)
Muerte del Libertador a los 47 años de Edad
Esmalte industrial/cartón piedra
Maturín, Estado Monagas, Venezuela
Colección: Manuel Bas, Caracas, Distrito Capital, Venezuela
Ciriaco Iriarte (Canta Bonito) (1905-1984)
Velero (1975)
Esmalte industrial/Madera contraenchapada
Naiguatá, Estado Vargas, Venezuela
Colección: Manuel Bas, Caracas, Distrito Capital, Venezuela
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S.M.S., Guayaquil, Ecuador. Cruzada Sur. Izquierda Indo-Hispánica, editado
2009, Diciembre 1. [Carta en línea].Disponible en:
cruzadasur.blogspot.com/2009/12/carta-al-señor-coronel-patricio.html.
—Vuestra Altezas
Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. (1492, Abril 17).Las Capitulaciones de
Santa Fe. Villa de Santa Fe de la Vega de Granada, España.
[Facsímil]. En: Cortés, Santos Rodolfo. (Comp.).(1971).Antología Fundamental de
Venezuela 1492-1902.Materiales para la Enseñanza de la Historia de Venezuela.
(3ª. ed.).Caracas: Editorial Pregón, pp.1-2.
Manuel Bas. Profesor Agregado, Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”
(UNESR).Facilitador de los cursos: Metodología de la Investigación I,
investigación Educativa, Introducción a la Investigación,
Planificación Educativa, Ética y Praxis de la Profesión Docente,
y del Taller de Acreditación por Experiencia. Coordinador de la Comisión Delegada
de Sistemas de Estudios y Experiencias Acreditables
(UNESR, Los Teques). Pregrado:
Licenciado en Educación, Cum Laudem, (UNESR). Postgrado: Especialista en Gerencia Educacional, Universidad Pedagógica Experimental Libertador
(UPEL). Magíster Scientiarum en Tecnología y Diseño Educativo (UNESR). Curso de
Postgrado de Ampliación: Comprensión de la Realidad Educativa
Nacional y Ética de la
Profesión Docente (UNESR). Actualmente cursa estudios en el
Pedagógico de Caracas en el Doctorado:
Cultura y Arte para América Latina y el Caribe.
NOTA. Este trabajo fue
presentado en el Instituto Pedagógico de Caracas en el Doctorado: Cultura y
Arte para América Latina y el Caribe, en el Seminario: Pensamiento
Latinoamericano y Caribeño a Cargo del Dr. Omar Hurtado Rayugsen el 28 de
octubre de 2014
UN SUEÑO DE LIBERTAD PARA AMÉRICA
TEXTO Y FOTOGRAFÍA: Manuel Bas
DISEÑO Y MONTAJE ELECTRÓNICO: Esp.
Víctor Hernández
APOYO VISUAL: Perfecto
Aristóbulo Aguilera. Ciriaco Iriarte
CARACAS, DISTRITO CAPITAL, VENEZUELA, 28 DE OCTUBRE DE 2014
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